Apenas se ponen patas arriba, algunas preguntas muy antipáticas comienzan a tener sentido. Mi favorita es: “¿Usted no sabe quién soy yo?”. Que se puede responder con: “¿Y sí, quién es usted?”.
Esta semana estuvo repleta de posibilidades para aplicar esta versión de la pregunta invertida, pero me temo que en esta columna sólo voy a poder referirme a dos. La primera es el brutal ataque del Ejército de Liberación Nacional que dejó un saldo de nueve soldados muertos. Nueve vidas jóvenes, de gente del pueblo, que se pierden irreparablemente. ¿Y a cuento de qué? Ya que hablamos de la paz total y de una paz que pase por la participación...
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