En las últimas semanas, la extrema derecha global sufrió dos derrotas relativas en sendas elecciones cruciales. En Estados Unidos, la versión trumpista de los republicanos conquistó una exigua mayoría en la Cámara y poco más, pese a que las encuestas predecían que obtendría una victoria arrolladora en las parlamentarias de mitaca. En Brasil, Bolsonaro perdió frente a Lula, aunque por un margen mucho menor del esperado.
En ambos casos, los extremistas enfrentaron dos grandes problemas: los partidistas y los institucionales. Ahora bien: podría parecer sorprendente, pero los partidistas podrían ser los más difíciles de resolver....
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