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“Cartas a Antonia”

Francisco Leal Buitrago y Magdalena León
12 de marzo de 2021 - 03:00 a. m.

La agradable, sencilla y excelente prosa de Alfredo Molano Bravo, expresada en este libro póstumo, contrasta con la formalidad de los escritos académicos. Se trata de textos cortos, la mayoría referidos a viajes y estadías dentro y fuera del país, algunos con su adorada nieta Antonia.

Alfredo escribió esas cartas con la preocupación e intención de dejar un legado a su nieta, para transmitirle su pasión por el país y la vida de quienes no tienen voz. Buscó acercarla a la historia que tanto le preocupó y a la que le dedicó numerosos libros. Estos escritos son una muestra pedagógica anclada en el amor y la ética de un abuelo comprometido con la búsqueda de un mejor país para Antonia y sus compatriotas, lo que lo llevó a producir un libro muy especial y único, pues es difícil de encontrar uno semejante.

La variedad de contextos a los que hace referencia despierta la atención e induce a proseguir con su lectura, máxime si se tiene en cuenta la enredada historia nacional, contada y/o vivida (con violencias, geografía endemoniada y experiencias personales), que Alfredo disfrutó, trasegó y sufrió desde niño, junto con su familia, amigos y grupos marginales. Localidades y municipios con características particulares (Nuquí, Tumaco, El Hatillo, Simití, Marquetalia, Santurbán, etc.) dejaron en Alfredo recuerdos especiales que relata a Antonia.

Los amplios Llanos Orientales —una de las cinco grandes regiones del país— son esenciales en varios de los escritos, pues por ellos Alfredo cabalgó, caminó y navegó por extensos ríos. Pero no se quedan atrás otras regiones bien distintas, como La Guajira y los alrededores de amplias y montañosas zonas centrales de la cordillera Oriental, precisamente donde nació y residió Molano con su familia, cuyo eje son las áreas rurales alrededor de La Calera.

Sus trabajos en los territorios nacionales y sus escritos le acarrearon amenazas de jefes paramilitares, que lo obligaron a exiliarse en Barcelona. Europa occidental no le era ajena, ya que había estudiado en París, a donde volvió en sus numerosos viajes al exterior. También fue a Cuba, Ecuador, Estados Unidos y otros países, recordados en sus cartas a Antonia.

En el plano nacional merece mencionar el subtítulo “Tercera de Manizales”, ya que su mayor afición fueron las corridas de toros, que incluso disfrutó con Antonia. Su experimentada narración de toreos muestra aspectos que la mayoría de animalistas no entienden: la placentera vida de los toros de lidia y la demostración de su mayor instinto en una breve y elegante competencia “a muerte” con el torero.

La parte III del libro (no son cartas sino un diario para Antonia) es impresionante y conmovedora, pues narra, desde junio 21 hasta octubre 26 —cinco días antes de su partida—, las incertidumbres, los miedos y el sufrimiento físico, psicológico y emocional con su enfermedad. Si bien la literatura se ha ocupado del tema en novelas, es sobrecogedor que sea el esfuerzo del propio autor quien narra la realidad que está viviendo.

Quienes fuimos cercanos a Alfredo desde la universidad hasta su muerte (31 de octubre de 2019) leímos sus expresivas palabras finales para Antonia, con un impacto emocional sin límites. Y a quienes no conocieron a Alfredo, o leyeron sus libros, o han oído hablar de él, creeríamos que también los impacta la historia del país que narra y el final de una vida excepcional contada a su adorada nieta.

Por Magdalena León

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Atenas(06773)12 de marzo de 2021 - 06:09 p. m.
De solemnidades y solidaridades entre mamertos llama esto. O de la lealtad de Leal, o de aquellos q' en la vida las cosas les salieron remal y mejor se aplican a consignas cual recetas de cocina q' solo consultan los de idéntico paladar mientras se les pasa la vida entre deseos, sueños fallidos y exaltando el muladar.
Luis(56775)12 de marzo de 2021 - 04:30 p. m.
Hace falta Don Alfredo Molano, si Don y con mayúscula, construyó su prestigio.
Contumaz Apostata de la Dextrocardia(likt7)12 de marzo de 2021 - 02:12 p. m.
...lo lei...ademas de molestarme la, ciertamente, afinidad de tauromaquias, el libro con toda certeza es solo para Antonia. Molano de seguro no quería verlo expuesto...era para Antonia.
Gines de Pasamonte(86371)12 de marzo de 2021 - 12:42 p. m.
Un libro impactante tal como lo señala y de gran calado espiritual. Me hizo recordar las “Cartas de Lord Chesterfield” a su hijo Felipe Stanhope, lectura que incluso hizo las delicias de nuestro libertador Simón Bolívar. Excelente columna.
-(-)12 de marzo de 2021 - 12:41 p. m.
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