El fútbol se está haciendo querer por la sorpresa, la esencia del mejor deporte del mundo, eso sí, cobijado por una manta, la del dictado de aquellos que saben del fútbol, "el que no los hace los ve hacer". Viejo refrán futbolero que tiene a varios por fuera.
Brasil, Ghana y Paraguay se morderán los codos al ver a sus verdugos de cuartos en semifinales y a sí mismos se dirán que estuvieron a minutos, a un puntapié, a un palo, a un cambio, a un pelo de estar ahí. Los argentinos serán los únicos que no podrán decirlo.
Por razones no de cancha, sino de escritorio, los albicelestes dieron la sorpresa, pero por su eliminación, no porque Alemania sea menos, sino porque, al igual que Brasil, Argentina es Argentina. Pero lastimosamente el nombre no queda campeón. Ahora ese mugre que se escondió debajo de la alfombra saldrá a relucir en Argentina, claro, limpiado por la figura de la derrota.
Argentina fue humillada por una selección nueva, nunca antes vista en un Mundial. Nada pasa por casualidad y parece que la lesión de Ballack dio paso a la destapada de esta Alemania. Mucho más dinámica y dejando a un lado el libreto del fútbol pesado, liderado por tanques de guerra. Su filosofía ahora se acerca a la del fútbol latino, más rápido, con gambetas largas, pases cortos y con una novedad, practicando un circuito medio “microfutbolero”, rotando posiciones. Loew ha sido el artífice de esta nueva Alemania.
En semis, la espera España, que pese a un partido enredado ante Paraguay no se le ha borrado el rótulo de favorito. Ya pasaron el fantasma de los cuartos y ahora llegarán pisando tierra firme a un partido, sin uno más favorito, pero muy promisorio.
Por cosas de este bello deporte, Italia, Francia, Inglaterra, y ahora Argentina y Brasil, están afuera. El futuro de los ludópatas ya es incierto. Al igual para mí que reservo mis pronósticos para hoy.
El fútbol se está haciendo querer por la sorpresa, la esencia del mejor deporte del mundo, eso sí, cobijado por una manta, la del dictado de aquellos que saben del fútbol, "el que no los hace los ve hacer". Viejo refrán futbolero que tiene a varios por fuera.
Brasil, Ghana y Paraguay se morderán los codos al ver a sus verdugos de cuartos en semifinales y a sí mismos se dirán que estuvieron a minutos, a un puntapié, a un palo, a un cambio, a un pelo de estar ahí. Los argentinos serán los únicos que no podrán decirlo.
Por razones no de cancha, sino de escritorio, los albicelestes dieron la sorpresa, pero por su eliminación, no porque Alemania sea menos, sino porque, al igual que Brasil, Argentina es Argentina. Pero lastimosamente el nombre no queda campeón. Ahora ese mugre que se escondió debajo de la alfombra saldrá a relucir en Argentina, claro, limpiado por la figura de la derrota.
Argentina fue humillada por una selección nueva, nunca antes vista en un Mundial. Nada pasa por casualidad y parece que la lesión de Ballack dio paso a la destapada de esta Alemania. Mucho más dinámica y dejando a un lado el libreto del fútbol pesado, liderado por tanques de guerra. Su filosofía ahora se acerca a la del fútbol latino, más rápido, con gambetas largas, pases cortos y con una novedad, practicando un circuito medio “microfutbolero”, rotando posiciones. Loew ha sido el artífice de esta nueva Alemania.
En semis, la espera España, que pese a un partido enredado ante Paraguay no se le ha borrado el rótulo de favorito. Ya pasaron el fantasma de los cuartos y ahora llegarán pisando tierra firme a un partido, sin uno más favorito, pero muy promisorio.
Por cosas de este bello deporte, Italia, Francia, Inglaterra, y ahora Argentina y Brasil, están afuera. El futuro de los ludópatas ya es incierto. Al igual para mí que reservo mis pronósticos para hoy.