Ésta no es una columna sobre dos exministros. Es una reflexión sobre dos seres humanos, sobre lo que son y representan Alejandro Gaviria y Patricia Ariza: el principio de los principios -de los suyos y de muchos de nosotros- moldeados por los caminos, fortalezas y tristezas que ellos han recorrido a lo largo y ancho de sus vidas. Invito a mirar su forma de ejercer la democracia, de apostarle con el arte y el humanismo a resistir ante el dolor que produce un país con más de medio siglo atravesado por guerras internas, por la inequidad desorbitada y una gran dificultad para perdonar y perdonarse.
La semana pasada, la noche del lunes...
Conoce más
