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Hablemos...

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Gloria Arias Nieto
19 de agosto de 2025 - 05:06 a. m.
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Cuando uno escribe o lee una columna es porque aún cree en el valor de las palabras. Entonces lo invito a conversar, con un café, en la sala de espera de un aeropuerto o en la banca del parque. Y pensemos en alguien que haya muerto por culpa de la violencia: un raspachín o un cura, un soldado o un candidato presidencial; un guerrillero, el ladrón de motos o una maestra de escuela. Pensemos en una vida que se haya perdido por la furia de un disparo: un campesino sin nombre, roto entre la humedad de una fosa común; o alguien que es velado con el toque de Diana y tres días de banderas a media asta. ¿Estamos de acuerdo en que a ninguno de ellos deberían haberle silenciado la vida? Cuénteme -si quiere- si usted ha gritado a los cuatro vientos que las segundas oportunidades demuestran que una sociedad decidió no suicidarse y aceptó no ser la protagonista del Juicio Final.

Dígame si usted -como yo- siente que ha fracasado cuando matan a su amigo o a su adversario, al hermano o al desconocido, y dígame, por favor, si usted (así lo acusen de ser otro iluso que atraviesa el espejo de Alicia) piensa que todavía estamos a tiempo y exige el destierro definitivo de los discursos de odio, el rechazo a las falsas supremacías, de “los buenos somos más” como si inocente fuera todo aquel que no ha empuñado un arma, así se dedique a darle portazos a la equidad y a fracturar derechos y futuros.

Dígame si usted piensa que la indiferencia es un delito no tipificado; y que, si Dios existe, la discriminación es un grito contra Él y una flagrante prueba de ignorancia.

Conversemos, y le diré qué pienso de la locura que hemos vivido desde que llegamos al mundo; no importa su edad ni la mía, le garantizo que a ninguno de los dos nos ha tocado un país en paz, y sin embargo no hemos hecho lo suficiente para que la violencia no sea destino, impronta y nudo ciego que amarre a Colombia. Nos cuesta reconocerlo pero usted y yo y miles como nosotros no hemos sabido contrarrestar el peso y el paso larvado de la costumbre, las fórmulas que alimentan la exclusión y las columnas de humo que asfixian el camino a la reconciliación.

Hablemos… algo podremos hacer para que ejercer la democracia no cueste la vida, y la consideración no sea una palabra prescrita ni proscrita por el cansancio y el rencor.

Hablemos… hace 36 años mataron a Luis Carlos Galán, ocho meses después a Carlos Pizarro y la semana pasada murió de tres tiros Miguel Uribe Turbay. Tres hombres presidenciables llegaron demasiado jóvenes al pabellón de los muertos insignes del Cementerio Central; un buffet de intereses creados terminará por reventar la conciencia y la paciencia, y no podemos permitir que a los muertos los maten dos veces: una por las balas y otra por el oportunismo. Necesitamos que sean la verdad y la bondad, y no la política y los agravios, las que rescaten los abrazos pendientes.

Preguntémonos cuál es la devastadora idiotez a la que juegan los poderosos de hoy (los libres y los convictos) y quién les dio el derecho de estigmatizar y recoger banderas como si la verdad de vivos y muertos no importara y la honra y el verdadero legado (no el distorsionado) no sea un patrimonio de la dignidad personal y colectiva.

Hablemos… por favor y por urgencia.

Punto. A María Carolina Hoyos Turbay y a toda la familia de Solidaridad por Colombia, mis respetos y mi cariño. Admiro su fortaleza, su corazón habitado por una infinita generosidad y por la vocación de trabajar por un país sin abismos. Su tristeza sin discursos ni revanchas nos ha mostrado una vez más que ustedes están hechos de una entereza inquebrantable y de un amor valiente, un amor solidario.

Gloria.arias2404@gmail.com

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Sentipensante(72875)30 de agosto de 2025 - 07:46 p. m.
Mejor dicho imposible! "Dígame si usted piensa que la indiferencia es un delito no tipificado; y que, si Dios existe, la discriminación es un grito contra Él y una flagrante prueba de ignorancia."
Rafael Méndez Lozano(35496)20 de agosto de 2025 - 03:33 p. m.
Gracias Gloria por la acertada y oportuna reflexión sobre la epidemia de la indiferencia que nos afecta y el oportunismo de quienes ejercen el poder en sin decencia.
alvaro mendez aranda(76376)19 de agosto de 2025 - 10:11 p. m.
Que podemos esperar si el tono disonante de la muerte de Miguel Uribe ,vino de su propio padre al convertirla en un grito de campaña política.El tajo está largo, pero no hay que perder las esperanzas.
Lucila Castro de Sanchez(60806)19 de agosto de 2025 - 08:55 p. m.
Carolina,la viva representaciôn del dolor,prudente,muy sentido,sin rencores,ella tal vez,la ûnica de ellos,que aprendiô la bondad y la ternura de la abuela.Por eso le dejô,como legado,continuar con su labor de servir,sin esperar nada.Un abrazo solidario.
Gilberto Diaz(4359)19 de agosto de 2025 - 08:40 p. m.
"La desaparición de esta especie sería un notable alivio para el universo. Al poco tiempo de su extinción, un total olvido caería sobre su nefasta historia. Existen insectos que están en condiciones de dejar testimonios de su paso menos perecederos y fatales que los dejados por el hombre" (Palabras de El Gaviero de Álvaro Mutis en Tríptico de mar y tierra).
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