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Empezó el aumento del precio del ACPM. Se trata del desmonte parcial de un subsidio que se disparó con populismo hace 4 años.
Esta decisión correctiva del gobierno Petro debe ser reconocida como buena administración económica. No es la primera vez que escribo al respecto. De hecho, junto con el exministro Ocampo, iniciamos la reducción del subsidio para la gasolina en el segundo semestre de 2022; ese ajuste ha finalizado. Y estaba previsto que el precio del ACPM aumentara con gradualidad desde hace un año.
El precio (de venta) del galón de ACPM sube ahora a $11.360 —poco menos de $2.000 de variación—. Sigue siendo, de todos modos, más barato que el promedio de América Latina. No he escuchado la opinión de un solo economista serio respaldando la continuidad de esos subsidios, ni siquiera de aquellos que permitieron su expansión desbordada en el gobierno Duque. No olvidemos que en 2022 el subsidio a los combustibles abrió un hueco fiscal de cerca de $37 billones, equivalente, como dije en su momento, al 75 % del Presupuesto General de la Nación asignado a Educación (https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/gonzalo-hernandez/las-llaves-quedaron-abiertas/). Esto sin contar que, en el marco de una transición energética, es absurdo que se subsidien las externalidades negativas del uso de combustibles fósiles.
Algunos dirigentes del sector transporte se oponen. De acuerdo con la Federación Colombiana de Transportes de Carga por Carretera, los combustibles representan el 40 % de sus costos. Así, parte del desmonte del subsidio lo pagarán los consumidores y otra parte irá contra con sus ganancias. Olvidan, sin embargo, mencionar el impacto positivo en sus ganancias durante la larga temporada de subsidios.
Otros prefieren negar la existencia del subsidio: que Ecopetrol debería cobrar el costo de producción, en lugar del precio al que la empresa podría vender el ACPM en mercados internacionales. Equivocados. Si se puede vender cada galón de ACPM en el exterior a un precio mayor, ¿por qué tendría una empresa que venderlo a un precio menor en Colombia? ¿ACPM barato de manera “forzosa”? ¿Aceptarían los transportadores una imposición parecida en sus negocios por presión de sus consumidores? Vender en Colombia a un precio por debajo del precio internacional (con ciertos detalles técnicos) sí configura un subsidio.
Y agrego lo siguiente: lo que no se le pague a Ecopetrol se le está dejando de pagar a la Nación, que tiene una participación accionaria de casi 90 % en la Compañía. Los descomunales subsidios a los combustibles, permitidos por el gobierno anterior, representan menos recursos para la educación o la salud, en especial de los más pobres.
Razón sí tienen los transportadores en que el Gobierno debe atender los problemas de los bloqueos en las carreteras (por protestas sociales), las demoras en los procesos de carga y descarga en puertos ineficientes, y que tiene que propiciar un ambiente favorable de inversión en infraestructura vial. Temas que ciertamente hacen parte de las soluciones estructurales. A concertar sobre eso, no sobre la alteración de precios sin resultados positivos de interés general.
Invito a los lectores a escuchar las declaraciones ponderadas de José Ignacio Montealegre, miembro de la Asociación Gremial de Camioneros del Valle del Cauca. Honestidad y sensatez para los diálogos.
* Exviceministro técnico de Hacienda y Crédito Público. Profesor titular de Economía de la Universidad Javeriana.
