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Sujetando las riendas

Gonzalo Hernández

14 de octubre de 2025 - 12:05 a. m.

No fue sorpresa que la junta directiva del Banco de la República mantuviera sin cambios su tasa de interés de intervención en 9,25 %. Con esa decisión se completan cinco meses sin variaciones en la tasa de política monetaria, a pesar de los reclamos del Gobierno. Aquellos llamados a reducir la tasa de interés, por cierto, han dejado de estar acompañados por organizaciones gremiales como la ANDI.

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Se entiende bien que estamos ante un ejemplo clásico de coordinación de política monetaria y fiscal, o mejor: de descoordinación. Frente a la tarea combinada y difícil de fomentar la recuperación sana y sostenida de la economía y a la vez reducir la inflación, el Banco de la República perdió el margen de maniobra para acentuar la reducción de tasas de interés, esto como consecuencia de aspectos de responsabilidad del Gobierno: el alto déficit fiscal, la deuda y una expansión de la demanda impulsada por el gasto. Además, el financiamiento que el Gobierno sale a buscar a tasas más altas compite por los recursos que el sector financiero podría asignar en los sectores productivos.

El banco central, asimismo, ha tenido la tarea impopular, pero cada vez mejor comprendida por los ciudadanos, de mitigar las expansiones del consumo impulsadas por ingresos transitorios, volátiles o insostenibles, por ejemplo, por: ajustes demasiado altos del salario mínimo, las remesas y los ingresos de las economías ilícitas (narcotráfico y minería ilegal).

Por la expansión de la demanda (gasto público y gasto privado) y algunos choques de oferta, la inflación cerró en 5,2 % en 2024; el dato más reciente es 5,18 %. Es decir, la disminución de la inflación está estancada, incluso en el caso del grupo de bienes y servicios sin alimentos y regulados —que presenta, de hecho, aumentos inflacionarios ligeros en los últimos cinco meses—. De continuar así, hablaremos pronto de un año perdido en la reducción de la inflación.

Hay recuperación de la economía frente a 2023 y 2024, sí; sin embargo, no menos cierto es que la recuperación es frágil. La inversión crece apenas 1,7 % anual, de acuerdo con los datos más recientes de las cuentas nacionales. La industria manufacturera no despega y la vivienda completa ocho trimestres consecutivos de tasas negativas de crecimiento.

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No les sirve a los colombianos que su gasto de consumo se desboque hoy para terminar en caída con fracturas de vértebras en uno o dos años. El Banco de la República tiene que sujetar las riendas que el Gobierno está soltando.

Los dos miembros de la Junta que pidieron una reducción de la tasa de interés de 50 puntos básicos dijeron que “la postura del grupo mayoritario es demasiado conservadora”. No es así. Teniendo en cuenta lo dicho por Leonardo Villar, gerente general del Banco de la República, la inflación solo podrá retornar al 3 % en 2027. Ya estaríamos hablando entonces de seis años de ajuste pospandemia. El banco central, en general, ha permitido una transición moderada y sin sobresaltos, teniendo en cuenta que no puede tampoco sacrificar su credibilidad y el debido manejo de las expectativas inflacionarias.

Y sobre la reactivación, el siguiente Gobierno tendrá que impulsarla con un verdadero plan para hacerla estable y duradera. A este se le hizo ya tarde.

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* Exviceministro técnico de Hacienda y Crédito Público. Profesor titular de Economía de la Universidad Javeriana.

@G_HernandezJi

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