Las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el crecimiento global fueron revisadas al alza, teniendo en cuenta, entre varios factores, que la incidencia de la política arancelaria del gobierno de los Estados Unidos sobre el comercio mundial fue menor que la esperada en abril. Recordemos que fue el 2 de abril cuando el presidente Trump anunció el fuerte paquete de impuestos a las importaciones (aranceles) con el supuesto objetivo de corregir el déficit comercial y proteger la industria norteamericana (“día de la liberación”).
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
En abril se proyectaba que la tasa efectiva de largo plazo de los aranceles llegaría al 30 % (Yale Budget Lab), después de encontrarse en menos de 3 % en enero. Hoy se estima en 17 % como resultado de las pausas y reducciones de las amenazas en el marco de las negociaciones, incluso con aliados estratégicos como la Unión Europea, Japón y Corea del Sur. De todas maneras, la tasa efectiva de 17 % sería la más alta desde 1930.
EE. UU. creció 3,3 % en el segundo trimestre, luego de la contracción del primer trimestre (-0,5 %) que llevó a algunos analistas a aumentar la probabilidad de una recesión. Con menor posibilidad hoy de ese evento, JP Morgan espera, sin embargo, que el crecimiento siga débil el resto del año. De hecho, aun con las nuevas estimaciones del FMI, EE. UU. reduciría su crecimiento del 2,8 % en 2024 al 1,9 % en 2025 —fuente crucial de la desaceleración de la economía mundial—.
El FMI proyecta así que el mundo crecerá 3 % en 2025 y 3,1 % en 2026 —frente a 2,8 % y 3 % en sus estimaciones de abril—. En particular para América Latina, la nueva proyección del crecimiento de 2025 pasó de 2 a 2,2%. Para Colombia se trata de un factor positivo que ayudaría a mantener el ajuste del déficit en cuenta corriente con una mayor demanda externa por exportaciones y sosteniendo el nivel de las remesas. La noticia llega cuando la cuenta corriente presenta algunas señales de deterioro, en parte por la situación fiscal crítica. En 2024, el déficit en cuenta corriente fue 1,8 % del PIB, pero para 2025 llegaría a 2,5 %. En ausencia de políticas de reactivación, industrialización y diversificación exportadora, las exportaciones están cayendo (-1,6 %) mientras las importaciones crecen (9,7 %).
El FMI califica entonces el escenario global como uno de “tenue resiliencia en medio de incertidumbre persistente”. El escalamiento de la política arancelaria de los Estados Unidos o de los conflictos geopolíticos podría darse en cualquier momento. Para Colombia es fundamental atender tres serias fragilidades que la exponen en un contexto internacional volátil: 1) la estructura productiva y exportadora poco diversificada y con productividad estancada; 2) la política fiscal en crisis; y 3) la falta de rumbo en la política comercial con vaivenes en las relaciones diplomáticas con los EE. UU.
En cada programa de Primera Página, recuerda Héctor Hernández la cuenta regresiva del gobierno Petro: “Faltan 340 días”. No es menos importante decir que, en cambio, la actual administración del gobierno de los EE. UU. tiene al menos tres años por delante. El próximo gobierno de Colombia tendrá que definir una estrategia mucho más clara (productiva, comercial y de relaciones internacionales) para enfrentar los desafíos del contexto global.
* Ex viceministro técnico de Hacienda y Crédito Público. Profesor titular de Economía de la Universidad Javeriana.