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135 años

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Gonzalo Mallarino Flórez
26 de marzo de 2022 - 05:01 a. m.
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Esta semana, en la ocasión de los 135 años de existencia de este periódico, su director, Fidel Cano Correa, fue entrevistado por el periodista Yamid Amat en su sección “Pregunta Yamid”.

Siempre que se dirigió a él, Fidel Cano lo llamó “don Yamid”, mostrando así respeto y consideración por el notable y experimentado periodista. Y siempre lo trató de usted. A mí me pareció muy adecuado eso, muy acertado.

Todo el tiempo, por lo demás, Fidel Cano fue sencillo, cauteloso, ponderado, siendo muy evidente su hondo conocimiento de los asuntos que estaba tocando y por los que inquiría el entrevistador.

Yo, en lo más íntimo, me sentí muy orgulloso, como colombiano y como columnista, de escribir para un diario con los imperativos éticos que señalaba Fidel Cano. Insobornables, imprescindibles a la hora de ejercer la tarea de informar a la ciudadanía. Me dio emoción ver a nuestro director defender y decir lo que dijo. Sin poses, sin falsos énfasis.

Pero hay más. Creo que ese “don Yamid” resume parte del carácter de este periódico.

Aquí no hay el tuteo pomposo que busca una proximidad artificial y que es tan común en estas épocas. No. Aquí hay respeto, sentido de las proporciones e independencia y firmeza a la hora de expresar los conceptos y las ideas. Esa forma coloquial, ese “don Yamid”, pone a salvo todo eso, lo preserva. Ese es su valor, nada menos, y es revelador del carácter de las personas que fundaron este periódico y que lo han dirigido.

Yo siento que ese “don Yamid” es muy antioqueño. Creo que le viene a Fidel Cano de sus antepasados, de figuras como don Fidel Cano Gutiérrez, por supuesto. Es tan antioqueño que está en los libros de don Tomás Carrasquilla. Y tiene algo encantador y es que en su origen, nace de lo provinciano, de lo sencillo y verdadero de las gentes del campo antioqueño. De su aversión a la melosería y a la simulación.

Mi padre, bien se sabe, fue columnista de este periódico durante 35 años. Escribía tres veces a la semana (eran otras épocas). Por esa razón, El Espectador hizo parte de nuestra vida diaria. Desde el café del desayuno hasta la idea que se va dibujando en una familia -en el corazón y las pestañas de unos niños-, de palabras como valor, coraje, decencia. Todo lo que le sucediera al periódico nos incumbía. Todo. Todas sus vicisitudes.

Y es que siempre fue más fácil estar del lado del poder y de los poderosos de turno. Cosa que El Espectador jamás ha hecho.

De las últimas décadas, tengo muy presentes tres momentos. El año 1982, cuando el Grupo Grancolombiano trató de ahogar financieramente al periódico, en retaliación por la información que este divulgó acerca de los autopréstamos que se hacían los ejecutivos de ese conglomerado empresarial, con los ahorros del público. El año 1986, cuando el narcotráfico asesino al director del periódico, Guillermo Cano, por denunciar la forma en que el dinero de los criminales estaba degradando a la sociedad entera, en especial a jueces, políticos y empresarios. Y el año 1989, cuando esa misma mafia destruyó con una bomba las instalaciones de la casa editorial, tratando una vez más de acallarla.

En ese momento, cualquiera se hubiera doblegado.

Pero no El Espectador.

Gonzalo Mallarino Flórez

Por Gonzalo Mallarino Flórez

Escritor. Autor de varios libros de poesia y de ocho novelas, de las que hacen parte sus célebres Trilogía Bogotá y Trilogía de las Mujeres. Es frecuente colaborador de importantes periódicos y revistas
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Jorge(53826)27 de marzo de 2022 - 12:13 p. m.
El "tú" es trato de mucha confianza y afabilidad, por supuesto no puede hacerse en ese tipo de conversaciones. Me gustaban sus columnas, pero me he sentido un poco reticente despues de que supe que era "tibio"...
Felipe(19502)26 de marzo de 2022 - 10:30 p. m.
Totalmente de acuerdo con un certero resumen de un periódico veráz y un director respetuoso y valiente.
Hernando(58851)26 de marzo de 2022 - 10:08 p. m.
Complacido y orgulloso con este periódico, EL ESPECTADOR que ha sabido honrar la patriótica dirección proyectada, en felicísima hora por su fundador, superando toda clase de obstáculos, con una tradición nacionalista, convencida, constructiva y reconocida por propios y extraños. Años y años mil de vida para esta magnífica empresa. Felicitaciones.
Edgar(22146)26 de marzo de 2022 - 08:57 p. m.
El "don" no es una palabra castizamente antioquena. el "don" es una palabra del castellano que denota respeto y se ha utilizado en toda la tierra hispano-parlante, no exclusivamente en antioquia. Saquemos los regionalismos incluso de las columnas El Espectador. Estos paisas pretendiendo ser de mejor raza que el resto del pais. VERGUENZA
  • Martín(5541)26 de marzo de 2022 - 09:37 p. m.
    Y ahora quieren elegir a un ordinario como alias Fico.
carlos(ounfs)26 de marzo de 2022 - 02:55 p. m.
Excelente y muy cierta columna. Muestra exactamente lo que ha sido y es El Espectador.
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