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Colombia y Estados Unidos

Gonzalo Mallarino Flórez

29 de octubre de 2025 - 12:05 a. m.

Gustavo Petro es el presidente de Colombia. Lo que ha hecho el gobierno de Estados Unidos al incluirlo en una lista de criminales –sin ningún proceso legal, sin exhibir ninguna prueba, a raíz de lo que parece ser solamente una brecha ideológica– parece una injusticia del gobierno estadounidense.

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Colombia es un Estado social de derecho, con una historia institucional de más de 200 años, casi los mismos que el propio Estados Unidos. Es cierto que tuvimos un régimen totalitario durante un período del siglo pasado, pero las fuerzas políticas y las propias instituciones recuperaron las vías constitucionales. Nosotros no somos un país gobernado por un tirano, como sucede en Venezuela y Nicaragua. Asimilarnos a eso es desconocer nuestro presente y pasado.

Una eficaz relación de Estados Unidos con América Latina, empieza por Colombia. Nosotros somos nada menos que la entrada a toda la región. Estados Unidos debería tener en consideración ese elemento geopolítico. Colombia ha luchado denodadamente en contra del narcotráfico durante décadas, una lucha que, a decir verdad, parece inane y, en opinión de importantes analistas a lo largo del mundo entero, no tiene ninguna posibilidad de tener éxito, que está perdida. Sin embargo, generaciones enteras de colombianos han muerto por culpa del veneno de las drogas. Ningún país del mundo ha sufrido lo que ha sufrido Colombia, ninguno ha hecho el sacrificio humano y social que ha hecho Colombia. El gobierno estadounidense debería tener en consideración eso también.

Entre tanto, y esto debe considerarlo el presidente Petro tanto como los que lo odian en el ámbito de la política y las ambiciones electoreras nacionales, que se enfrenten los dos mandatarios es fatal. Las descalificaciones y las sanciones a Petro producen, eventualmente, graves perjuicios para Colombia. Para empezar, mayor desempleo y mayor pobreza, que se traducen en mayor injusticia social y, en consecuencia, en mayor criminalidad. Pelear con Estados Unidos es el peor escenario concebible. Las sanciones a Petro no son triunfos para sus opositores. Hay que pensar en el bienestar de la sociedad colombiana, no en las rivalidades políticas. Hay que ser sensatos.

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Dicen algunos que todo esto es provocado intencionalmente por el presidente Petro de cara a las elecciones del año entrante y buscando generar una especie de “sentimiento antiimperialista” trasnochado, que produciría millones de votos. Yo no sé si eso es verdad, lo que sí sé es que Petro ha gobernado mal y que lo que conviene hacer ahora es dejarlo tranquilo con sus peroratas alucinadas y sus delirios de grandeza. No hay que torearlo ni acicatearlo más. Dejarlo quietecito y que haga el menor daño posible en los meses que le quedan.

Nunca como ahora vale tanto la expresión “alternancia en el poder”. Eso es lo que necesita Colombia, a mi parecer. Otros cuatro años de este desmadre nos pueden matar.

Por Gonzalo Mallarino Flórez

Escritor. Autor de varios libros de poesia y de ocho novelas, de las que hacen parte sus célebres Trilogía Bogotá y Trilogía de las Mujeres. Es frecuente colaborador de importantes periódicos y revistas
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