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Es un comienzo

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Gonzalo Mallarino Flórez
27 de agosto de 2022 - 05:00 a. m.
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El presidente Juan Manuel Santos logró que el equipo de gobierno que estaba negociando el Acuerdo de Paz en La Habana, pudiera establecer ante las autoridades colombianas y los organismos internacionales la conexidad entre el delito del narcotráfico y el delito político.

Esto permitió que los guerrilleros de las Farc ―grupo insurgente dedicado, entre otras cosas, al narcotráfico―, pudieran desmovilizarse y que sus dirigentes no fueran encarcelados por este delito. Eso hubiera hecho imposible cualquier negociación. Eso permitió desmovilizar a 13.000 combatientes.

A mí me parece que fue el logro de un gran estadista. De un hombre de genio.

La obra de un hombre con una visión del futuro que no tenían ni por asomo los demás políticos. Pasan los años y la estatura de Juan Manuel Santos es cada vez mayor. Muy superior a todos los demás. Uno puede estar de acuerdo o no con el proceso de paz, o con Santos, o con el hecho de que la cúpula de las Farc esté hoy en el senado de la república, o incluso con la JEP y la Comisión de la Verdad, pero que se desmovilizaron 13.000 combatientes armados, se desmovilizaron 13.000 combatientes armados. Eso no tiene duda.

Y eso se logró, como digo, “despenalizando” por unos meses el narcotráfico. La producción, el procesamiento y la distribución de cocaína, por unos meses, estuvieron, en la práctica, “despenalizados”. El delito de narcotráfico, en lo referente a esa guerrilla y a ese proceso, estuvo, por unos meses, en el congelador.

¿Por qué Petro no puede hacer algo similar?

Hay que tener el valor, el coraje, la visión, para hacerlo. Hay que pacificar a Colombia. No pueden seguir siendo asesinados los líderes sociales, los desmovilizados y los indígenas, que todas las semanas caen muertos a manos de los carteles de la droga.

Hay que encontrar una manera. Hay que ser intrépido y osado, como lo fue Juan Manuel Santos. ¡13.000 combatientes! Hay que jugársela por la gente y la paz y las regiones. Y por el futuro. Y con narcotráfico Colombia no tiene futuro. Estos ríos de lágrimas y de sangre son inconcebibles. No hay país que aguante esto. No hay política de Estado que pueda tener éxito. No hay manera de conseguir justicia, igualdad, dignidad humana y progreso material. No la hay. Si no solucionamos eso ya no habrá país, ni instituciones verdaderas, ni empresas, ni Estado, ni nada. El narcotráfico acabará degradando y envileciendo todo. Vamos a acabar siendo un narco Estado. Un aparato criminal manejado por gánsteres y criminales. Como pasa en ciertas vecindades.

¿Por qué Petro no puede hacer algo parecido a lo que hizo Santos?

Ya es un comienzo que vaya a proteger a los pequeños cultivadores de coca. Que no los vaya a perseguir y a criminalizar. Que no vaya a fumigarlos -a ellos, sus niños, las mujeres, los ríos, las flores, el viento-, con glifosato. Es un comienzo.

Y tiene inmenso valor también, que se empiece a hablar con los gringos y con Naciones Unidas. Hay que ser intrépidos y osados y valientes y enfrentar el problema de la droga de otra manera. Como lo que es: un asunto de salubridad pública. Como el cigarrillo y el trago.

Y hay que pacificar a Colombia.

Gonzalo Mallarino Flórez

Por Gonzalo Mallarino Flórez

Escritor. Autor de varios libros de poesia y de ocho novelas, de las que hacen parte sus célebres Trilogía Bogotá y Trilogía de las Mujeres. Es frecuente colaborador de importantes periódicos y revistas
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