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Fajardo no debe hacer alianzas ni consultas

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Gonzalo Mallarino Flórez
12 de noviembre de 2025 - 05:04 a. m.
"No debe enredarse con alianzas y consultas previas. Ahí está la trampa, ahí está el engaño para poder frenarlo, para poder atajarlo. Los que le propongan eso buscan enredarlo" - Gonzalo Mallarino
"No debe enredarse con alianzas y consultas previas. Ahí está la trampa, ahí está el engaño para poder frenarlo, para poder atajarlo. Los que le propongan eso buscan enredarlo" - Gonzalo Mallarino
Foto: El Espectador - José Vargas
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Sergio Fajardo es el único candidato que tiene los rasgos y la hondura humana de un verdadero estadista. De verdad, a su lado, frente a su ponderación y su serenidad, las y los demás candidatos lucen bastante rupestres y precarios. Deformados o directamente degradados por los fanatismos, las fobias y las peores pulsiones ideológicas.

Ve uno a Sergio Fajardo recorriendo toda Colombia, sin reposo, acompañado, además, por un equipo de estudiosos, conocedores y expertos en todos los asuntos nacionales, como si se tratara de su gabinete ministerial, de un selecto equipo de gobierno. Llevan trabajando mucho tiempo -no es solo de estos días- mientras los otros candidatos y candidatas se lanzan mordiscos y zarpazos.

El hombre callado, silencioso, analítico. Trabajando en delinear un programa de gobierno, es decir, un modelo de Estado que nos saque de este pantanal en el que estamos. Un programa de gobierno cuya savia vital sea el desarrollo colectivo, el de todos, el hallazgo de un nuevo “contrato social”, de esa especie de camino, de destino histórico que hemos extraviado como nación en los últimos y catastróficos ocho años.

Ha hecho todo eso y se ha mantenido “puro”, veraz, coherente, correcto, decente, en el ámbito entenebrecido y falaz de la política nacional y las ambiciones electorales de verdaderas pirañas. O de verdaderos impostores y simuladores, cínicos muchos, mentirosos, algunos hasta con prontuario judicial y posibles relaciones con cosas tan horribles como crímenes de lesa humanidad. Otros, simplemente ineptos y chambones, o en el mejor de los casos, traicioneros y venales.

Por eso, Sergio Fajardo debe preservar su “pureza”. Debe guardarla como si fuera oro puro, mientras los otros candidatos prometen paraísos y edenes de mentira y venden sus almas por un plato de lentejas. Fajardo debe jugarse esa “pureza” al tablero, a todo o nada, en la primera vuelta. Él solo, esa decencia sola, esa coherencia sola, esa serenidad sola. No debe enredarse con alianzas y consultas previas. Ahí está la trampa, ahí está el engaño para poder frenarlo, para poder atajarlo. Los que le propongan eso buscan enredarlo.

Si, como dice todo el mundo, este país está reventado por la “polarización”, ahora, en las elecciones que se acercan, es el momento para curarse de esa herida tan dolorosa. La sensatez debe prevalecer, la decencia, la coherencia. Esos valores deben imponerse y derrotar al miedo, al pánico, al desaliento, a la angustia que propagan y venden los candidatos y candidatas que surgen, justamente, gracias a ese extremismo, a esa agresividad, a ese fanatismo.

Yo me arriesgo y vaticino que, si Sergio Fajardo se mantiene en su línea, en su lugar, sereno y verdadero, constante e indeclinable, si no cae en la trampa de las alianzas y las consultas y las pendejadas, otra vez, logra pasar a la segunda vuelta. Y allí, contra el oponente que sea, arrasa por completo y gana la presidencia.

Gonzalo Mallarino Flórez

Por Gonzalo Mallarino Flórez

Escritor. Autor de varios libros de poesia y de ocho novelas, de las que hacen parte sus célebres Trilogía Bogotá y Trilogía de las Mujeres. Es frecuente colaborador de importantes periódicos y revistas
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