Lo doloroso de la foto que Iván Duque ha difundido, posando al lado del responsable directo de miles de crímenes de guerra y de lesa humanidad, Benjamín Netanyahu, es que, como él, hay quienes en Colombia no tienen problema con el genocidio que está llevando a cabo el Estado de Israel en Gaza. Como si pensaran que el pueblo palestino no es importante en el escenario de las naciones del mundo y entonces no hay lío con asesinar o mutilar o matar de hambre a unos cuantos miles de ellos, así sean niños, niñas y sus madres.
Y personas como Iván Duque gustan de situarse al lado de los que los sojuzgan, porque los israelitas son los poderosos, los que “manejan las finanzas del mundo” y tienen el apoyo de los Estados Unidos y de los países de la OTAN, y él quiere sacarse fotos con ellos. Por cosas como esas, yo nunca he tenido en buen concepto a Iván Duque. Me parece que su llegada a la presidencia de Colombia fue un hecho fortuito, y que él no tiene la estatura moral e intelectual de un estadista. Pero ese es otro asunto.Otra cosa indignante, por estos días, es enterarse de que en Colombia hay quienes consideran que al presidente de los Estados Unidos hay que galardonarlo con el Premio Nobel de la Paz. Pero, dice uno, si buena parte del gasto militar de Israel, como lo sabe el mundo entero, es financiado por Estados Unidos. De hecho, hace pocos días señalaba el senador Bernie Sanders, no menos del 70 % de ese gasto es financiado por los norteamericanos. Entonces, ¿cómo así que Premio Nobel de la Paz? Tal vez los que desean eso en el fondo lo que quieren es legitimar el genocidio y lavarle la conciencia y las manos ensangrentadas al Estado de Israel, entronizar en la historia universal la matanza del pueblo palestino mediante la falacia de que “el pueblo de Israel tenía todo el derecho a defenderse”.Visto lo que está pasando en Gaza, es ineludible pensar que el Estado de Israel, Netanyahu y sus colaboradores, y por supuesto, las Fuerzas Armadas de ese país, son más destructivas que los mismos terroristas de Hamas. Están más deshumanizados que esa facción terrorista. Hay que tenerle más miedo al Estado de Israel que a Hamas. Los asesinos de Hamas mataron violentamente a 1.400 personas en los kibutz, pero el Estado de Israel los superó con creces: ha matado ya, con la misma violencia despreciable, pero disfrazada de justicia y legitimidad, a más de 60.000 gazatíes. Eso da una proporción de 1 a 40. Según esa aritmética, entonces, una vida de un israelí vale por 40 vidas palestinas.
En todo caso, a los que se toman fotos con Netanyahu y a los que andan en lo del Premio Nobel, hay que enviarles, urgentemente, unas fotos de los niños palestinos con las costillas marcadas en la piel, de la física hambre, o amputados, o desolados y vejados tras ver caer asesinadas a sus madres, a manos de las Fuerzas de Defensa de Israel.
Unas fotos para que las lleven en la billetera y las miren todos los días.