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Las condenas de la JEP

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Gonzalo Mallarino Flórez
01 de octubre de 2025 - 05:05 a. m.
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Está perfectamente claro que las condenas proferidas por la JEP parecen insignificantes frente al horror de los crímenes cometidos por quienes comparecieron ante ese tribunal. Tanto los comandantes guerrilleros, como los militares de todo rango.

Muchos de ellos gozan hoy en día de un tratamiento judicial en extremo benigno y favorable, que produce un nuevo dolor en miles de víctimas, quienes sienten que no hubo justicia para ellas. Son las víctimas de muchos años de violencia y degradación del Estado colombiano y de sus élites y dirigencias en muchos ámbitos. Porque a esa criminalidad, no lo olvidemos ni por un segundo, están ligados políticos, empresarios, líderes gremiales, periodistas, jueces y un amplio catálogo de figuras prominentes del Establecimiento. No lo olvidemos nunca.

Ante ese dolor, quien no lo ha sentido en carne propia, no tiene derecho a decir nada. Ver caer asesinado a alguien de la sangre y la entraña de uno –su padre, su madre, su hijo, su hija–, o saberlo secuestrado, perseguido, vejado, desposeído, extorsionado, violentado, desplazado, aterrorizado y confinado, tiene que ser un dolor simplemente inconcebible. Por eso uno no puede pedir ni mucho menos exigir la conformidad ante las decisiones de la JEP, de ninguna de las víctimas.

Ahora, no es menos cierto que el acuerdo de paz con las FARC produjo no solo la desmovilización de más de 13.000 guerrilleros, sino tres conquistas históricas de la civilidad colombiana: la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas, la Comisión de la Verdad, y la ya mencionada justicia transicional. Gracias a esos tres logros monumentales sabemos y conocemos con toda precisión –documental, factual, judicial–, los hechos y los crímenes enumerados antes.

¿Ustedes se imaginan lo que sería la “historia” reciente de Colombia si la hubiera escrito el expresidente Álvaro Uribe y sus áulicos en ciertos segmentos de la sociedad, de la prensa, del empresariado, de los tribunales y de los centros de poder de toda laya? ¿Se imaginan esa perversión? Buena parte de esto que ya sabemos estaría sepultado y escondido, sería negado, desaparecido para siempre. Como si no hubiera sucedido. ¡Qué horror, como si no hubiera sucedido!

Claro que nuestra nación está destrozada y adolorida, ¿quién va a ser tan ciego para negar eso? Pero, por lo menos, ahora, gracias a que conocemos la verdad, tenemos chance de sanarnos y de encontrar algún día la paz. En cambio, si miles de muertos que hay bajo nuestra tierra, bajo el pasto y el barro y el agua de nuestro territorio, estuvieran condenados al anonimato y al olvido, no tendríamos nada. No tendríamos porvenir, iríamos como ovejas al precipicio.

La sociedad colombiana, la civilidad colombiana, ha creado, con sus manos y con sus potencias morales, las maneras de hallar y preservar la verdad. Ojalá, algún día, esto nos sirva para encontrar la fraternidad y un destino colectivo como nación.

Gonzalo Mallarino Flórez

Por Gonzalo Mallarino Flórez

Escritor. Autor de varios libros de poesia y de ocho novelas, de las que hacen parte sus célebres Trilogía Bogotá y Trilogía de las Mujeres. Es frecuente colaborador de importantes periódicos y revistas
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Danigomez(93244)01 de octubre de 2025 - 06:46 p. m.
Magnífica columna! A todos nos duele ver que quienes infligieron tanto dolor a muchos de nuestros compatriotas, agazapados tanto en la extrema derecha como en la extrema izquierda, tengan castigos tan benignos. Pero coincido en que los logros institucionales para tratar de llegar algún día a una verdadera paz son inconmensurables.
Mario OROZCO G.(16018)01 de octubre de 2025 - 05:19 p. m.
Confesar la verdad, pero no indemizaron a ninguna víctima, que fue una de las premisas a la que se comprometieron y además, decir la verdad a sabiendas qué nada le cobran, es muy fácil.
Daga(46837)01 de octubre de 2025 - 05:19 p. m.
Qué trágico, que triste, que esperanzador escrito. Gracias por señalarnos lo que el horror no deja ver en primera instancia
ALVARO ACOSTA(83211)01 de octubre de 2025 - 04:47 p. m.
Serena columna. Además, precisa. La JEP es un subproducto del acuerdo de paz, y sus cánones de juzgamiento y sanción no son los normales del Código Penal (vagos también, e inaplicables debido a la lenidad del sistema judicial colombiano). Solo una pregunta: es vinculante lo que dictamine la JEP considerando que el plebiscito aprobatorio del acuerdo de paz fue negado por el pueblo colombiano?
alexandrs Navarrete(m841l)01 de octubre de 2025 - 03:22 p. m.
Las decisiones de la JEP las politizaron 🤷🏽‍♀️todos sabíamos de cómo iban a ser, nada estaba oculto en el acuerdo de 2016 está escrito. Claro, hay inconformidad sin embargo, conocemos parte de la verdad del conflicto (no todo se ha dicho, hay reservas y verdades que faltan) y eso nos ayuda a reconstruir un tejido social roto. Es difícil reparar a tantas víctimas. Esperemos que algún día (imposible) Colombia logré la paz tan anhelada.
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