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¿Cómo es que el señor Ramón Jesurún no ha renunciado?
Es arrestado, esposado, multado y no le pasa nada. El presidente de la Federación Colombiana de Fútbol es detenido, conducido a una corte judicial en uniforme anaranjado de recluso, fichado por su comportamiento de salvaje, y no le pasa nada. Ahí sigue el hombre. ¿Qué pensarán en la comunidad internacional del fútbol nacional y de sus directivos? Es un episodio como de mafiosos.
Y en un plano más grave aún, los señores Olmedo López y Sneyder Pinilla, ¿por qué no están en la cárcel? ¿Por qué la justicia no los ha conminado a devolver los miles de millones de pesos que se robaron? No les duele una muela. Todas las noches salen en los noticieros dando declaraciones como si fueran estadistas. Con nuestros impuestos, además, andan en camionetas blindadas y disponen de esquemas de seguridad. Esquemas de seguridad que no tuvieron nunca funcionarios públicos honestos que han sido asesinados.
Al abogado de Centros Poblados, Luis Fernando Duque, ¡lo condenaron a cuatro años de cárcel! Una persona que participó en el robo de 70.000 millones de pesos. Y que dejó sin conexión a internet a cientos de miles de niños y niñas en regiones apartadas del territorio nacional. Ese robo miserable, ¿cuántos años va a demorar la llegada de esas herramientas tecnológicas fundamentales hoy en día en la formación de los niños y niñas? Qué tremenda brecha, qué tremenda desventaja a la que seguimos condenando en este país a las comunidades rurales, gracias a los ladrones y los criminales con que contrata el Estado. Un corta temporada en la cárcel y ya pueden salir a gozarse la plata que se robaron.
Y la atembada de la ex ministra Abudinen, a la que le robaron esa plata en las narices, ¿no tiene ninguna responsabilidad? ¿No va a tener una sanción o un castigo nunca? ¿Seguirá haciendo una carrera rutilante, gracias a los padrinos políticos que tiene?
Los señores Carlos Ramón González, Iván Name y Andrés Calle, ¿van a ser forzados por las autoridades a decir la verdad? Yo sé que no están condenados, pero habiendo ostentado los puestos y dignidades que ostentaron, ¿no deben explicar cómo procedieron? Es que los cargos de los que se les puede acusar son muy graves y en verdad los hacen lucir como gánsteres o criminales. ¿Lo son? Los tres emanan muy mala “vibra”, pero esa es una impresión personal.
Un petimetre como Armando Benedetti, drogómano conocido, ¿va a seguir triunfando en la vida a base de mentiras y enredos y simulaciones? ¿Nadie va a hacer justicia con esa especie de sabandija de la política colombiana?
En Colombia nos les pasa nada a los tramposos. Nada. Son intocables.
¿Qué tal el “Tren de Aragua” y el “Clan del Golfo”? ¿Qué tal en lo que se convirtieron las guerrillas de los 60 y 70? Todos secuestradores, extorsionadores, narcotraficantes, reclutadores de menores, abusadores sexuales, autores de masacres, confinamientos y desplazamientos.
Y nada. No les pasa nada.
Por Gonzalo Mallarino Flórez
