Las interceptaciones ilegales realizadas a los teléfonos de las empleadas de Laura Sarabia ocurrieron hace cuatro meses. La Fiscalía está en conocimiento de estos hechos desde hace cuatro meses. ¿Por qué solo hasta ahora se ha informado a la ciudadanía? ¿Por qué, una vez se estableció que eran ilegales, las escuchas continuaron, con la anuencia de la propia Fiscalía? ¿Hay alguna relación entre esto y las informaciones de la revista Semana?
En un terreno estrictamente personal, yo soy cautelosos con lo que viene de la revista Semana y de Vicky Dávila. No encuentro claros sus motivos ni su forma de proceder. Esta no es la unidad investigativa de la antigua revista. Esto es otra cosa. Y, además, está el odio visceral de la periodista hacia el presidente.
Y lo mismo digo de los motivos de muchos de los enemigos del presidente en el mundo político, en los medios de comunicación, en el empresariado y en los entes de control, por supuesto, que se han politizado y lo obstaculizan y lo persiguen tratando de deslegitimarlo.
Estos días los he visto, a muchos de esos enemigos, frotándose las manos con fruición ante el asunto de los audios de Armando Benedetti. Unos y otros “se han pronunciado”. Yo dudo profundamente de sus motivos. Más bien, tengo la certidumbre de que en realidad lo que están tratando de hacer es obtener ganancias políticas y consumar venganzas. Nada más. No les importa que el país se exponga a una crisis política inconcebible. Para nada. Lo que les interesa es ver caer al presidente y saciar sus sedes personales de venganza, sus hambres personales de poder y predominio. Y dar rienda suelta a su sectarismo y a sus fobias.
Yo no soy petrista, estoy simplemente tratando de hacerme una opinión veraz y equilibrada. Hay que investigar estos hechos, desde luego. Yo no creo que las “chuzadas” sean una práctica de este gobierno ni que Petro haya recibido plata de la mafia, pero las autoridades deben investigar.
El presidente Petro, en estos diez meses de gobierno, ha cometido errores y desatinos monumentales. Por los que hay que cuestionarlo y juzgarlo severamente. Claro que sí. Pero estos discursos de ocasión, en torno a la “honestidad política”, formulados por sus enemigos, no parecen más que ardides con propósitos electorales.
¿Qué tal Federico Gutiérrez afirmando, aupado por el noticiero CM&, que el presidente de la República es ilegítimo? O sea, ¿los 11 millones que votaron por Petro, y el sistema electoral, y las instituciones, todos, son unos pendejos? ¿Han vivido engañados? Federico Gutiérrez, que no le llegó a Petro ni a la segunda vuelta. ¡Los motivos del lobo!
¿Qué pasó con las investigaciones sobre serias irregularidades en las campañas a la presidencia de Iván Duque, Óscar Iván Zuloaga y Álvaro Uribe? Ahí no parece haber tanta premura y tanta “indignación nacional”, ¿cierto? La campaña de Santos no la menciono, porque ahí sí hubo condenas.
Y una última cosa, de otro orden:
¿Cómo se le ocurrió a Petro meterse con un chisgarabís como Benedetti?
Envío: A partir de la próxima semana, esta columna aparecerá los días miércoles. Va un abrazo.
Por Gonzalo Mallarino Flórez
