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¡Los niños!

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Gonzalo Mallarino Flórez
14 de junio de 2023 - 02:00 a. m.
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Por fortuna todas mis hipótesis estaban mal y nadie tenía retenidos a los niños. Seguían en la selva. Cuarenta días estuvieron ahí solos y no sucumbieron como yo temía. Con Cristin en los brazos y Soleiny y Tien bien cerquita de ella, Lesly logró lo que parecía inconcebible, vencer a la selva del Yarí.

Toda Colombia siente el corazón lleno de felicidad. Este es un hecho de inmenso valor simbólico en medio del valle de lágrimas que es la vida en Colombia. Nos hubiéramos muerto de dolor si no los encontramos sanos. Hubiéramos quedado abatidos y como caminando sin rumbo por un erial.

Es que piensen por un momento. Imaginen que una patrulla del Ejército va a tener que pasar 40 días en la selva, ¡qué tremendo desafío! Unos adultos, con entrenamiento y equipo, y puede que no lo logren. Pero cuatro chiquitos descalzos, qué pocas posibilidades tenían, qué imposible era. ¡Y pudieron!

Las comunidades indígenas, el Ejército, el ICBF, la Aerocivil y varias dependencias del Estado, todos en el propósito de encontrarlos con vida. Parece que el perrito “Wilson” fue clave. Parece que estaban a unos cinco kilómetros de los restos de la avioneta. Parece que sí pudieron aprovechar las provisiones que les tiraban desde el helicóptero. Parece que tomaban agua de la que goteaba de las hojas. Parece que comían frutas porque sabían cuáles no eran venenosas.

Parece. Parece. No sabemos mucho. No han hablado mucho porque están rendidos. Miro otra vez el video del momento en que los encontraron. Tan serios, tan ajenos a todo, como sin entender por qué les pasó todo eso. Lesly se aparta del grupo, como con pudor, como diciendo estamos cansados, con hambre y tristes, no estamos para videos.

Ahora que ya están en el Hospital Militar, quisiera ir y besarlos en la frente. Y oír su voz. Y cuando ya pudieran, cuando tuvieran los nutrientes y un poco de sosiego en el cuerpo, que me dijeran, que nos dijeran a todos, cómo pudieron salvarse. Cómo se hace para amar y defender así la vida. Cómo se hace para, en silencio, en el mundo de los niños, encontrar la dimensión inmensa, la más alta, de lo humano.

No dejo de pensar, además, que se cayeron en una avioneta. Venían volando por el aire y ¡la avioneta se cayó! Y no se murieron ahí. Perdieron a la mamá, se les mató en ese accidente, y se vieron, de repente, solos, delante de la confusión y la angustia de la selva. ¡Y no sucumbieron! Tuvieron que echar a caminar por esa selva, llevando encima el dolor y el miedo de estar ya sin la mamá en el mundo. ¿Cómo tuvieron la fuerza?

Tal vez los indígenas tenían razón. La selva los tuvo y una tarde abrió despacio sus manos vegetales y los entregó. Tal vez solo el pensamiento mágico y la poesía puedan explicar cómo se salvaron.

Tal vez los indígenas tengan razón. Tal vez siempre la han tenido. Tal vez Colombia es más indígena y mágica de lo que cree. O de lo que quisiera admitir. Tal vez la tierra y la magia milenaria de los indígenas nos han dado una lección.

Gonzalo Mallarino Flórez

Por Gonzalo Mallarino Flórez

Escritor. Autor de varios libros de poesia y de ocho novelas, de las que hacen parte sus célebres Trilogía Bogotá y Trilogía de las Mujeres. Es frecuente colaborador de importantes periódicos y revistas
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Aura(81917)19 de junio de 2023 - 04:32 a. m.
Felicitaciones. Me llego al corazón ♥️♥️♥️🌿👣🌿🐾🐾🐾
Maryi(41490)15 de junio de 2023 - 04:39 p. m.
En el saber indígena hay mucha sabiduría. Solo nosotros, los mestizos, somos indiferentes a ella. Lo de los niños debería ser una contundente lección de vida. Pero no, seguiremos la ruta de la cultura mezquina de los poderes económicos. Esa es nuestra ceguera... la misma ceguera de la que habla Saramago
Concha(99107)14 de junio de 2023 - 09:04 p. m.
Qué hermosa nota. La suscribo totalmente. Usted la sacó del estadio con esa manera de escribir, gracias!
Judith(76151)14 de junio de 2023 - 08:53 p. m.
Vainas de Petro.
Patricia(tf440)14 de junio de 2023 - 07:50 p. m.
Excelente reflexión, plena en los sentimientos que nos albergan a todos los colombianos, ávidos de buenas noticias en medio del caos y el conflicto que se niegan a desaparecer. "Tal vez la tierra y la magia milenaria de los indígenas nos han dado una lección". Ojalá tuviéramos la suficiente humildad para admitirlo.
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