Los soldados asesinados

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Gonzalo Mallarino Flórez
10 de diciembre de 2022 - 05:30 a. m.
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¿Quién podrá explicarles a las familias de los soldados asesinados en Buenos Aires, Cauca, por qué ellos no van a estar en sus casas en las novenas de aguinaldos y en la Nochebuena y el 31 en Año Nuevo?

¿Quién?

Nadie. No hay nadie que pueda explicarle eso a una mamá, un papá, un abuelo, un hijo, un hermano, una joven novia, una esposa con el alma ya oscurecida para siempre. Nadie es capaz de explicar, con un poco de sentido moral y racional, qué es lo que ha pasado, porque es inexplicable.

¿Qué hacían esos niños ahí? ¿Qué hacían en ese paraje esos muchachos que apenas acababan de ser niños, de ser adolescentes? Ahí, solos, sin ninguna oportunidad de protegerse. ¿Por qué los mandaron allá de esa manera, tan expuestos, tan a la ligera, tan torpemente? ¿Quién dio esa orden? ¿Qué oficial superior dijo que los mandaran allá? Así, con el pecho tan desnudo, con el miedo en la boca, rezando para que no los asesinaran. Porque, de todos modos, había que cumplir la orden del superior. El que haya sido, el que los mandó a arriesgarse así.

¿Rendirá cuentas alguien del Ejército Nacional? ¿O ese mismo oficial va a ir a cada una de las casas de los muchachos masacrados por una banda de asesinos y narcotraficantes? ¿Va a explicar qué pasó y por qué pasó a las familias que hoy lloran sus ojos y para quienes ya no diciembre sino la vida entera se acaba de llenar de cardos y espinas? ¿Va a nombrar a Jean Gilberto, Jerson Rafael, Jhonatan Ernesto, Luis Armando, Esleider Alexánder y Yonny Saac? ¿Van a estar en sus labios esos nombres?

O basta con un comunicado oficial. Y ya. Nos olvidamos de esto. De esos muchachos asesinados así. Finalmente eran pobres, o campesinos, o negros. Más bien nos ponemos a ver fútbol, ¡como estamos en el Mundial! Nada nos puede empañar la dicha de ver este Mundial. Tal vez el presidente Petro, el comisionado de Paz y todo el Gobierno deberían ser más cautos con esto de la paz total. Tal vez las bandas de asesinos están envalentonadas con los anuncios del Gobierno. Sí, están cebados los criminales, esperando a que el Estado los llame y les ruegue que no maten a más colombianos, que no se forren más con la plata de las drogas, que no recluten más chiquitos, que no violen más mujeres, que no aterroricen más poblaciones ni desplacen más comunidades, que no destruyan más bosques ni degraden más ríos.

Yo les tengo esperanza a los esfuerzos de paz del actual Gobierno. A su visón de la paz y de esta porquería de guerra en que nos tiene ahogados: “la lucha contra las drogas”. Creo en eso. Pero tal vez hay que ser más prudentes. Como se procedió en Buenaventura. Sin tanta declaración, lograron pactar con los criminales y pacificar la ciudad. Calladitos.

Y en todo caso, coordinar siempre con el Ejército. No ser tan indolentes y tan chambones. Es que se está muriendo lo mejor de nosotros, lo de más porvenir: nuestros jóvenes.

Gonzalo Mallarino Flórez

Por Gonzalo Mallarino Flórez

Escritor. Autor de varios libros de poesia y de ocho novelas, de las que hacen parte sus célebres Trilogía Bogotá y Trilogía de las Mujeres. Es frecuente colaborador de importantes periódicos y revistas
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