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Paloma Valencia

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Gonzalo Mallarino Flórez
02 de octubre de 2021 - 05:00 a. m.
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Supe de Paloma Valencia hace unos 10 años. Ella había vivido un tiempo en Europa o en EE. UU., según creo, y traía entre pecho y espalda un libro de relatos. El libro se publicó aquí y por esa época lo leí. Era sumamente bueno. Escrito en un leguaje eficaz, móvil, intenso, revelaba la visión de una escritora con una aguda y poco corriente sensibilidad.

Lo que pensé que era el comienzo de una fértil carrera literaria se truncó, pues ella se fue por la política, como lo sabemos todos. Para mi sorpresa, se vinculó al “uribismo”. No lo hubiera imaginado. Creo que la política no sólo la malogró como escritora, sino que la contaminó como ser humano.

Hace unos días fue entrevistada por Noticias Caracol y dijo tres cosas que me dejaron estupefacto. Palabras más palabras menos, afirmó:

Que en realidad ser presidenta —ella es precandidata, de momento— no le quitaba el sueño. Si se daba, bien, pero si no, no importaría. ¿Cómo así? ¿Cómo va a votar una persona por una candidata a la que le da lo mismo ser o no ser presidenta de su país? ¿No se trata en estos casos de una especie de destino histórico? ¿No estoy en disposición de dejar todo, todo lo que tengo, todas mis comodidades, por conseguir la Presidencia para mi partido?

Que el Acuerdo de Paz era desequilibrado con el paramilitarismo. Que se ha debido dar al paramilitarismo las mismas garantías que a la guerrilla. Insisto en que no es una cita literal, es lo que yo entiendo de lo que ella dijo. En todo caso, por equívoca que hubiera sido la frase, yo pensaba en las múltiples condenas y procesos judiciales por paramilitarismo que pesan sobre varios miembros de su partido. Y pensaba: no, no es verdad lo que estoy oyendo, no puede ser, es como si la entrevistada estuviera defendiendo a los paramilitares.

Y la tercera no es menos sorprendente. Dijo Paloma Valencia, palabras más palabras menos, que el “uribismo” era un especie de bendición para Colombia, que es lo mejor que nos ha podido pasar como nación. Bueno, digamos que está en su derecho de pensarlo, aunque hay millones de personas en este país que piensan exactamente lo contrario. Pero dijo más, dijo que ella sentía el “uribismo” como una especie de luz interior, de certeza casi divina, y que eso le daba la seguridad de que siempre iban a tener la razón y a prevalecer. Como si fueran los elegidos y los demás fuéramos unos bárbaros o unos imbéciles. Yo me imagino que si el adalid de un partido me lleva a mí, un principiante en la política, al Congreso de la República, yo estaría inmensamente agradecido, pero no sé si hasta la superstición.

En fin. Pienso en la certeza que tuve entonces, hace 10 años, de estar frente a una escritora sensible y notablemente talentosa. ¿Qué paso?

Como dije antes, creo que la política, cierta forma mezquina y anacrónica de la política, la contaminó. Hoy tendríamos a una espléndida autora.

Gonzalo Mallarino Flórez

Por Gonzalo Mallarino Flórez

Escritor. Autor de varios libros de poesia y de ocho novelas, de las que hacen parte sus célebres Trilogía Bogotá y Trilogía de las Mujeres. Es frecuente colaborador de importantes periódicos y revistas
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Alejandro(31721)04 de octubre de 2021 - 12:54 a. m.
Lo que pudo ser una escritora refutada con grandes pergaminos de la literatura colombiana y porque no latinoamericana, se convirtió en una persona odisa, nefasta que reencarna lo peor de la politica corrupta colombiana y peor que le vendió el alma al diablo
German(20426)03 de octubre de 2021 - 10:29 p. m.
Esa chiflada está corrida por el matarife. Tiene un cuadro con el matarife como si fuera el sagrado corazón. "Luz interior", lo que quiere es verga y el matarife seguro se la da, no me la imagino como escritora seria con la mano de gracias guevonadas que dice
Jorge(66737)03 de octubre de 2021 - 02:28 p. m.
Su perverso ancestro consecuente con sus actuales afectos por un delincuente como Uribe no le permiten a esta Sra. mirar mas allá de su nariz. Son cortas sus ideas y muy largas su estupidéz, su ignorancia y su incultura.
aldemar(14308)03 de octubre de 2021 - 04:00 a. m.
Menos mal Paloma Valencia jamás llegará a la presidencia de Colombia. Los ciudadanos han despertado de su letargo uribista y votarán en contra de esa ideología fascista!
Luis(05nhj)03 de octubre de 2021 - 03:12 a. m.
Se despalomo la escritora; Después de duque, cualquier macías, pretende ser el siguiente flamante inepto!
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