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Varios niños indígenas se han suicidado

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Gonzalo Mallarino Flórez
20 de marzo de 2024 - 02:06 a. m.
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Así lo informó la semana pasada el relator especial de la ONU, José Francisco Calí Tzay, corroborando lo denunciado por el consejero y secretario general de la Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC, Gerardo Jumí, quien lleva tiempo informando de esto al Estado, al ICBF, a la Defensoría del Pueblo, a los ministros del Interior y de Defensa, y por supuesto, a la Fiscalía. Y nada. No hacen nada. No les duele una muela a los funcionarios públicos.

Los niños se quitan la vida para que el ELN y las llamadas Disidencias no los recluten. Esos criminales han llevado a varias comunidades indígenas a este horror. ¿Qué lucha “revolucionaria” puede haber en sacar a la brava de sus casas a niños de seis, siete o pocos más años, y forzarlos brutalmente a hacer parte de sus ejércitos de asesinos y narcotraficantes? ¿Cómo tiene la cara este Gobierno de mantener unos “diálogos de paz” con estos carteles?

El informe del relator especial, ya que no las denuncia hechas durante años y años por la ONIC, debería servir para que ya mismo esa simulación de las “mesas de diálogos” de paz se acabe. Es que no solo los chiquitos indígenas aterrorizados prefieren matarse antes que ser reclutados, es que el ELN y las Disidencias e incluso agentes del Estado violan a las niñas, asesinan a los líderes indígenas, confinan o desplazan comunidades enteras, secuestran, extorsionan, y extienden así su poder ominoso.

Yo confieso que en algún momento tuve esperanza en estas negociaciones de paz, teniendo en mente el acuerdo de La Habana. Pero ya es imposible mantener esa postura. ¿Con qué cara sigue el presidente Petro en “diálogos” con el ELN y las Disidencias? ¿Con qué cara, después de lo dicho por un funcionario de alta jerarquía, imparcial, nada menos que de las Naciones Unidas? ¿Qué más tiene que pasar para que Colombia, su Estado, sus instituciones tengan un poco ya no solo de sensatez, sino de decencia, de elemental humanidad?

La verdad de las cosas, no nos echemos cuentos, es que el Estado no puede controlar y menos derrotar a esos ejércitos de asesinos y narcotraficantes. No tiene oportunidad. Por eso hace la pantomima de los diálogos y la “paz total”. Porque las fuerzas del orden no pueden someter a esos ejércitos de criminales. No pudieron con ellos y no podrán hasta que se despenalicen las drogas y esas rentas desaparezcan. Así es y punto.

Y la otra verdad, una que nos envilece a todos como sociedad y nos llena de desmoralización hasta los tuétanos, es que esta tragedia que denuncian la ONU y la ONIC la están viviendo unas comunidades indígenas por allá lejos de Bogotá, Medellín o Cali. Si fueran unos blancos en sus condominios o sus clubes en esas ciudades, la cosa sería muy distinta. Ténganlo por seguro.

El desprecio por los indígenas en nuestra sociedad tiene ya siglos, no nos echemos cuentos. Desde que llegó el codicioso español y desde que se conformaron las primeras élites criollas.

Gonzalo Mallarino Flórez

Por Gonzalo Mallarino Flórez

Escritor. Autor de varios libros de poesia y de ocho novelas, de las que hacen parte sus célebres Trilogía Bogotá y Trilogía de las Mujeres. Es frecuente colaborador de importantes periódicos y revistas
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Edgar(32214)21 de marzo de 2024 - 04:16 p. m.
Lamentablemente, el colombiano siempre ha tenido un gran desprecio por los indigenas y afros;producto de la colonización española,aqui todos se sienten descendientes de españoles con linaje,dicen:"mi apellido es de descendencia española. No sienten para nada que todos tenemos ancestros aborígenes de los verdaderos pobladores de estas tierras.
Andrés(54509)20 de marzo de 2024 - 10:25 p. m.
"La Selva Inflada" documental sobre la realidad de los suicidios de jóvenes indígenas del Vaupés. https://www.youtube.com/watch?v=uTFTTpNsFU8
  • Gonzalo(6ohxy)21 de marzo de 2024 - 04:04 p. m.
    Andrés, vi el video, muchas gracias. El asunto es de mayor profundidad, va mucho más allá de las circunstancias abordadas en la columna. El dolor y el abismo son mucho mayores. Va un abrazo.
Alberto(3788)20 de marzo de 2024 - 09:13 p. m.
Excelente. En total acuerdo con su planteamiento.
Mario(196)20 de marzo de 2024 - 08:10 p. m.
La logica de Mallarino: hay que acabar con los diálogos, para que así, con las balas de la guerra salvar a los niños de ser reclutados como soldados del bando contrario, gracias a unas instituciones que han sido incapaces de derrotarlos.
PEDRO(85266)20 de marzo de 2024 - 05:03 p. m.
en Bogota todos los dias nos estamos quejando por los indigenas que se tomaron el parque nacional, por que afean la ciudad, mas indolencia para donde??
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