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A la modernidad

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Gonzalo Silva Rivas
12 de noviembre de 2014 - 02:00 a. m.
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Han transcurrido menos de nueve meses desde que el expresidente de Avianca, Gustavo Alberto Lenis, tomó el comando de la Aerocivil, y la nave, que en los últimos años se enfrentó con fuertes vientos cruzados, poco a poco se aleja de la turbulencia.

La maniobra adoptada para eliminar la inestabilidad fue interactuar con los trabajadores y remover algunas tuercas que el paso del tiempo ajustó en diversos cargos, desde los que se tomaron decisiones que terminaron generándole un enredo de conflictos a las administraciones anteriores. Con la puesta en marcha de una política de puertas abiertas y de compromisos de gestión, Lenis pretende darle un vuelco a esta entidad, fondeada en el pasado por culpa del manejo clientelista y cortoplacista que le aplica el Gobierno Nacional.

Hace tan solo una década, un informe interinstitucional sobre la corrupción adelantado por la Vicepresidencia de la República y el Banco Mundial, ubicaba a la Aerocivil en bajos niveles de meritocracia y transparencia, y en altas escalas en materia de politización, compartiendo estimaciones de desempeño con desaparecidas entidades como Cajanal, Invías, Ecosalud o Caprecom. Aunque el panorama de hoy día muestra trazas de mejora, es largo el camino que la separa para ser una entidad moderna y rigurosamente técnica.

El ahora director dejó huella como buen administrador cuando desempeñó la presidencia de Avianca, tal como lo hizo su padre, Edgar Lenis Garrido, a finales de los ochenta. En 2004 puso a prueba su capacidad gerencial para la resolución de problemas, cuando en el peor momento histórico de la compañía, abrumada por una pasivo superior a los US$300 millones, la condujo a un inevitable proceso de reestructuración que culminó con el Capítulo 11 de la ley de bancarrota en una corte de Nueva York. Fue ante esa coyuntura cuando apareció el empresario Germán Efromovich quien, apoyado por Fabio Villegas, hace el milagro de convertirla en una de las aerolíneas más sólidas del continente.

La Aeronáutica colombiana está quedada en muchos aspectos y es hora de encararlos para transformarla en una entidad vanguardista. Los temas procedimentales y de control son flancos débiles que la hacen mover con lentitud e ineficiencia. Y el actual director lo sabe muy bien. Un informe de la misma Aerocivil en 2010 develó fuertes debilidades de percepción entre los usuarios sobre los servicios de inspección y vigilancia; la expedición de licencias; agilidad, simplificación y optimización de trámites; capacitación e idoneidad de personal y manejo racional de recursos. Para acreditarse como ente rector de la industria, deberá desprenderse de pesados lastres heredados del siglo pasado.

El fortalecimiento institucional de la Aeronáutica Civil debe volar al ritmo del crecimiento del sector –que al año mueve más de 28 millones de pasajeros en el país, el tercero de la región, después de Brasil y México-, y para lograrlo se necesita consolidar dependencias técnicas especializadas en su interior y liderar una infraestructura competitiva, con tecnología de punta. Y la presencia de un experto en la conformación de grupos productivos -como es el caso de Lenis Steffens- en el comando de la entidad, le augura a ésta un vuelo seguro y eficiente para acercarse a la modernidad.

gsilvarivas@gmail.com 

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