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Notas al vuelo

Acortar distancias

Gonzalo Silva Rivas
01 de septiembre de 2021 - 05:00 a. m.

El servicio de cruceros es uno de los segmentos turísticos con mayor previsión de crecimiento en los años recientes, gracias a su considerable expansión y a su auge progresivo dentro del mercado, tras su irrupción, con novedosas y modernas embarcaciones, a mediados del siglo pasado, aquella época en la que la industria de los barcos transoceánicos iba camino hacia la desaparición. Ahora, cuando se ultima el prolongado receso provocado por la pandemia, nuevamente comienza a desplegarse por los mares del mundo para enderezar la trayectoria y retomar las cifras de crecimiento que venía acumulando a lo largo de la última década.

Después de los quince meses de permanecer anclado, revivió con la actual temporada de verano en Europa y está pasando del tímido despliegue de barcos por el Mediterráneo a una operación más extendida y audaz, en la medida en que se reabren los puertos y se garantiza el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad. La apuesta del sector gira hacia la pronta normalización para recuperar los 55.000 puestos de trabajo perdidos por la crisis y los millones de empleos indirectos que siguen bajo afectación por los cíclicos recesos y restricciones.

Tal como lo hicieron Asia, el Oriente Medio y Australasia, la región caribeña, en el Atlántico, acaba de reincorporarse a la red global de los itinerarios, un verdadero bálsamo para sus islas turísticas, que empiezan a recobrar los beneficios de una industria que se ha convertido en actividad vital para el auge del comercio. En la actualidad, es esta área geográfica la más visible para los cruceros, requerida por los viajeros de todo el mundo, dada su significativa posición estratégica, el prodigio de sus recursos naturales, el agradable clima tropical durante todas las épocas del año, su riqueza cultural y la pluralidad de las ofertas.

La industria de las embarcaciones de lujo tiene fuerte influencia en buena parte de los países del Caribe donde opera y de su actividad se alimentan varias economías nacionales. Destinos destacados de la región -St. Maarten, Bahamas, Cozumel, Islas Vírgenes, Islas Caimán, Jamaica y San Juan de Puerto Rico- reciben un alto volumen de ingresos por importación de divisas, producto de un sinnúmero de conceptos, como el gasto promedio de los visitantes y el pago de los impuestos portuarios. Según un estudio realizado por D.P. Wild, más de la mitad de los puertos caribeños se encuentran ubicados en el Top 20 de la lista preferencial de los cruceristas del planeta.

Se calcula que el 60% de los pasajeros de cruceros en el mundo se transporta por esta región, dada la cercanía con Norte América, especialmente con Estados Unidos, el mayor mercado emisor. Este país asienta la mayor parte de las compañías del sector y origina alrededor de quince millones de pasajeros, muy por encima de China, Alemania, Reino Unido e Irlanda, que, en su orden, le siguen en el ranking, con una movilización, por cada uno de ellos, cercana a los 3.000 turistas.

La reactivación de los cruceros en el Caribe impacta de manera positiva en Colombia, que acaba de reintegrase al circuito turístico, con la decisión del Gobierno, la semana pasada, de autorizar los desembarcos en Cartagena y Santa Marta. Esta modalidad turística le garantizó al país, en 2019, la participación de un millar de empleos directos y de otros tantos indirectos, en sectores como los de operadores portuarios, agencias marítimas y de viajes, guías de turismo, transporte y demás proveedores de servicios conexos.

Dentro del turismo náutico, sin embargo, el país se encuentra en etapa de crecimiento y la llegada de visitantes extranjeros en cruceros ha sido la apuesta de los últimos años. Entre 2017 y 2019 la llegada de estas embarcaciones alcanzó niveles históricos en su corta línea ascendente. Cartagena, nuestro puerto líder en la actividad, recibió 34 líneas de cruceros con 620 mil visitantes, con un significativo impacto económico, cercano a los 70 millones de dólares. En 2019, cuando veinte millones de pasajeros se desplazaron por el Caribe, la Ciudad Amurallada tuvo la visita de 340 mil; Santa Marta, con su puerto en etapa de desarrollo, batió su récord con 21 mil, y San Andrés, tomó una tajada de solo 921 personas.

Para los consumidores colombianos este es un producto relativamente nuevo, de ahí que su cuota de mercado sea baja. Pullmantur, una de las principales compañías que operan en el país, propiedad de la naviera americana Royal Caribbean Cruises Ltd., embarca al año alrededor de 50 mil pasajeros nacionales, cifra considerablemente pequeña comparada con los doce millones que abordan en los Estados Unidos.

El turismo de cruceros se transforma en un fenómeno global, gracias a que se ha popularizado entre los diferentes perfiles socioeconómicos, y para Colombia podría convertirse en un instrumento clave para su economía. El desafío está en fortalecer la limitada infraestructura portuaria, dinamizar la promoción de destino y superar, entre otras barreras, la informalidad en las actividades turísticas y la escasez de personal bilingüe.

Además de considerar estándares de competitividad, otro factor importante para tener en cuenta es la importancia de incentivar la cultura de los viajes de cruceros entre los colombianos, dada las ventajas que ofrece esta modalidad de servicio y la política de precios cada vez más competitiva entre las compañías. Crecer la demanda de pasajeros y aumentar la parada de navieras consolidará la industria y acortará las distancias que nos separan dentro del arrollador mercado caribeño, ávido de mostrarle al mundo las maravillas de navegar por este inverosímil océano del realismo mágico.

En campo ajeno. Luis Fernando Rosas Londoño fue uno de los mejores directores de turismo que tuvo Bogotá en la década pasada, pero la mafia politiquera lo atenazó con leguleyadas jurídicas y le arrebató sus derechos políticos y la aspiración de ser gobernador de Caldas. Hoy en día, con la serenidad que le dio su paso por la JEP, prepara un libro en el que revelará pormenores del proceso de paz, el mismo que pudo haberle prendido los motores al desarrollo turístico del país.

gsilvarivas@gmail.com

Twitter: @gsilvar5

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Turiscol(15611)01 de septiembre de 2021 - 03:43 p. m.
Pobre mi San Andrés del alma, si no le llegó la ayuda oficial prometida después de la devastación que acabó con Providencia sí que menos le irán a llegar los cruceros. Pero no señor no todo es malo en este país de borregos sumisos, hoy en día tenemos una avispada ministra de las Comunicaciones y un sagaz codirector del banco de la República, tan pulcros como otros tantos funcionarios de este desgo
Turiscol(15611)01 de septiembre de 2021 - 03:42 p. m.
... bierno, liderados por el tal Iván que nos metieron los politicastros de moda.
-(-)01 de septiembre de 2021 - 03:41 p. m.
Este comentario fue borrado.
Atenas(06773)01 de septiembre de 2021 - 02:36 p. m.
¡Aleluya!y ojalá así sea la recuperación del turismo a escala orbital.Ignoro a cuál rosal aluda, pues el Rosas q’ señala no estuvo en las primeras listas de candidatos a la gobernación de Caldas en las últimas citas, no en el pasado reciente. Y tales pormenores, serán sólo eso, menudencias, de lo q’ nos ha cocinado en el infierno desatado. E improvisado.
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