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Con el nombramiento de un nuevo director, la Aeronáutica Civil cambia de decorado.
El retiro de Santiago Castro, economista de profesión y curtido político con vocación pública y aspiraciones electorales, le abre el paso a un dirigente empresarial de reconocidas capacidades gerenciales, entendido en el tema y quien durante muchos años ha estado metido de lleno en el sector de la aviación.
La Aerocivil es una entidad eminentemente técnica, llamada a cumplir actividades complejas y desafiantes que suelen pasar desapercibidas para el común de la gente. Su multimillonario presupuesto de inversión superó en 2013 los $630 mil millones. La posibilidad de que la contratación en todos los niveles sea el pan de cada día hace atractivo su manejo pero se presta para abrirle boquetes a la corrupción. Y no todos los políticos acostumbran priorizar el bien público sobre sus intereses clientelistas.
La experiencia que para el país ha dejado la presencia de directores provenientes de la clase política o que han terminado politizándola por tejer vínculos con la misma, no ha sido alentadora. En las últimas dos décadas desfilaron por ese despacho varios de estos personajes, quienes hicieron de la entidad un surtidor de escándalos, polémicas e investigaciones administrativas, fiscales e incluso penales.
Pero a decir verdad, Santiago Castro, quien se retira para volver a la política, sale bien librado, al menos con un positivo balance de obras durante sus tres años de gestión. Su principal logro se mide con la puesta en servicio de las dos modernas terminales de Eldorado, aeropuerto que se actualizó a las necesidades del día, pero que tendrá que desarrollarse a futuro, correspondiéndole a su sucesor asumir el desafío. La inversión en infraestructura aeroportuaria y aeronáutica permitió mejorar las terminales de otros cinco grandes aeropuertos y modernizar 35 pistas, 27 plataformas, 9 torres de control y ocho terminales de carga en 41 ciudades.
El crecimiento de pasajeros es otra cifra para mostrar de su administración. Solo el año pasado se movilizaron 28.6 millones, en buena parte generados por el fomento a la competencia tarifaria y a la firma de 14 acuerdos comerciales que contribuyeron a la ampliación de la interconexión aérea.
Con la llegada de Gustavo Lenis Steffens, tan caleño como Castro, se espera superar algunos corto circuitos producidos al interior de la Aerocivil. Este administrador, dueño de especial habilidad para conformar grupos productivos, ocupó por ocho años la presidencia de Avianca y en su momento debió involucrarla en su exitoso proceso de reestructuración. Ahora asume como piloto de una entidad que desafía ciertos vientos y que por instrumentos deberá volar para asegurar una apropiada gestión gerencial.
