Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La tragedia invernal que con rigor afectó a Cundinamarca y de la cual poco a poco se repone, no ha frenado los programas de desarrollo turístico que desde hace tres años se adelantan para convertirla a corto plazo en competitiva alternativa nacional.
Este departamento de 24 mil kms2 es la finca de recreo de los bogotanos, quienes gozan de la ventaja de ser el centro del corazón geográfico del país, generosa región conectada por excelentes carreteras principales, para disfrutar de los centenares de atractivos que con tótems han comenzado a señalizarse en sus 116 municipios.
Cundinamarca tiene privilegiada ubicación geográfica con todos los pisos térmicos, cálidos como el valle del río Magdalena o el piedemonte llanero y páramos como el de Sumapaz, sumados a su diversidad culinaria y a cinco circuitos turísticos impulsados por esta administración: rutas del Sol, Parques Naturales, Sabana Centro, Gualivá e Iglesias, que abarcan novedosas ofertas de aventura, salud, cultura, ecología, gastronomía, religión, agro y ocio.
Maravillas como la Catedral de Sal en Zipaquirá; la mina de Sal de Nemocón; los Parques Naturales de Chingaza, Zumapaz y Chipaque; la nueva Guatavita con su legendaria laguna; las aguas termales y azufradas de Choachí, Chocontá y Machetá; la ecología sostenible de Apulo, Carmen de Carupa, San Francisco o Silvania; los desafiantes entornos naturales de Nimaima para deporte de aventura y las fincas paneleras y cafeteras del Gualivá o del Tequendama, de donde brota su majestuoso Salto, son un puñado de los atractivos que florecen en la región, regalada por una naturaleza espléndida que la colmó de ríos, bosques y valles, y aspira a convertirse en singular propuesta turística.
La idea del gobernador Andrés González Díaz es aprovechar el incalculable potencial, mezcla de símbolos indígenas y coloniales con industria, modernidad y la calidez de sus gentes, y formar un destino de primer nivel para disfrute de todo tipo de turistas. Comenzó por la seguridad, con resultados positivos que garantizan tranquilidad a los viajeros. Su tasa de homicidios es más baja que el promedio nacional, lo que ha permitido un crecimiento turístico del 7% anual desde 2008, según el Viceministerio de Turismo.
Las vías secundarias, afectadas por el torrencial invierno, empiezan a recuperarse y para la próxima temporada vacacional estarán en su mayoría transitables y dispuestas para la movilidad. A la ofensiva en infraestructura se agrega un responsable trabajo de formación turística que incluye capacitación y sensibilización para el sector y los alcaldes, advertidos de que tienen en sus manos una invaluable riqueza natural que bien aprovechada será herramienta de crecimiento, empleo y desarrollo.
