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Al cierre del año podría concluirse que el balance de la industria turística en el país ha sido satisfactorio y mantiene la constante de crecimiento de la última década.
Los indicadores oficiales seguramente registrarán un aumento de visitantes extranjeros superior al obtenido en 2012, que bien pudiera oscilar en un 8%, y una presencia muy activa de inversionistas que le han puesto el ojo a la infraestructura del sector.
Bogotá continúa consolidándose como la ciudad más visitada por los turistas, seguida por Cartagena y Medellín, que siguen jalonando duro dentro de la categoría de los mejores destinos de América Latina para el turismo de reuniones, congresos, eventos y convenciones. Y entre las ciudades intermedias, Pereira y Cúcuta le siguen sacando provecho al repunte que alcanzaron a lo largo del primer semestre.
Estados Unidos, como se muestra desde hace un largo tiempo, lidera el escalafón de nuestros principales emisores, por encima de Venezuela, Argentina, Ecuador, Perú y España. La tendencia a junio pasado, según el balance parcial de Proexport, destaca crecimiento de viajeros provenientes de Chile y México, y decrecimiento moderado de Brasil, que pese a ello sigue siendo el octavo emisor y, junto con Canadá, conforman el top 10 en la lista de nacionalidades que más llegan a Colombia. Otros países como Panamá y Bolivia presentan buenos índices pero se colocan detrás de la tabla.
En materia de visibilización internacional 2013 arrancó y terminó bien. Colombia fue portada de Travelzoo, uno de principales portales de internet, con cerca de 25 millones de suscriptores, donde se la incluyó dentro de los cinco mejores destinos del año. El mes pasado, en otro buen vitrinazo, Trip Advisor, la mayor web de viajes, con 84 millones de usuarios, reconoció a Bogotá con el premio Travellers´Choise, como uno de los destinos internacionales más populares del mundo.
Para 2014 los retos son grandes, y largo el camino por recorrer para cumplir la meta del Gobierno, empeñado en alcanzar la barrera de los cuatro millones de turistas extranjeros. La estrategia exigirá esfuerzos combinados de los sectores público y privado para estimular la producción y comercialización de los servicios turísticos, fortalecer la campaña de comunicación internacional y estructurar proyectos que mejoren las oportunidades de inversión.
Pero junto con el aumento de turistas, la visión estratégica debería dirigirse a elevar el ingreso per cápita para apuntar hacia un modelo turístico más sustentable y reducir el alto diferencial que nos separa de los grandes países competidores. Hay que ir pensando en dar el gran salto, de los US$700 que gasta en promedio un turista en el país, a los US$2.000 que deja en Estados Unidos. Así, 2014 será mucho mejor.
gsilvarivas@gmail.com
