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En la medida en que el balance financiero de Avianca repunta y ofrece positivos resultados, el panorama laboral con buena parte de sus pilotos sigue atravesando un franco proceso de deterioro.
El año pasado Avianca Holdings S.A. logró un incremento en sus ingresos del 8% y obtuvo utilidades netas del orden de los USD234 millones, algo así como un 132% por encima de los USD100 millones registrados en el 2012. Pero estas excelentes cifras, que la posicionan como una de las compañías líderes en el mercado latinoamericano de la aviación, poco se ven reflejadas en el bienestar de sus trabajadores. La mayoría del personal vive –como la generalidad del país- con un aumento salarial amarrado al lánguido crecimiento anual del IPC.
Por las connotaciones que la situación conlleva para la seguridad aérea y la adecuada prestación de este servicio público, la situación de los pilotos debe llamar la atención de las directivas de Avianca y del Gobierno nacional.
Los pilotos colombianos reciben salarios muy por debajo de la media latinoamericana y sus jornadas laborales llegan a extenderse a 75 horas semanales, bastante lejos de las 48 autorizadas por ley. En Avianca, la estrechez de la nómina los obliga a doblar esfuerzos y en varios casos a postergar por años sus períodos de vacaciones. La seguridad aérea no es contemplada por las empresas ni por el Estado como una inversión, y valga recordar que buena parte de los accidentes aéreos son provocados por causas humanas originadas por excesivas cargas de trabajo, fatiga y estrés.
A lo anterior se suma que los 420 aviadores agremiados en ACDAC, que representan el 42% del total de la compañía y se excluyeron del acuerdo firmado en noviembre de 2013, hoy en día tienen en veremos su propio pliego de peticiones, presentado desde aquel entonces. La etapa de arreglo directo terminó con un marcado desinterés de la empresa, cuya apuesta fue una estrategia salarial que menoscaba la sindicalización, actitud que genera reservas sobre las acciones que tomarán sus negociadores frente al Tribunal de Arbitramento que deberá convocar el Ministerio de Trabajo.
Avianca puso en marcha una política de Planes Voluntarios de Servicios, distante de las pretensiones de la agremiación en temas sobre jornadas laborales, seguridad aérea y ciertos derechos. Y esa prolongada incertidumbre sobre el pliego, junto a los acumulados apremios económicos de los aviadores, le ha dado sus frutos a la empresa. Por estas razones varios pilotos han desertado de la ACDAC, renunciando a su derecho de libertad sindical, para plegarse al pacto colectivo de la empresa y aliviar la sequía. Resulta paradójico, entonces, que mientras los balances de la aerolínea insignia de Colombia, de capital brasileño, alzan el vuelo, las relaciones con los pilotos caen en picada, con los riesgos que ello significa para los usuarios y la seguridad.
gsilvarivas@gmail.com
