La recuperación económica se está dejando ver por Europa donde varios países, que tienen en sus industrias turísticas potentes dinamizadores, vuelven a sonreírle a un mercado que durante 2013 rompió la barrera de los mil millones de turistas. Mil 087 millones, para ser exactos.
España, por ejemplo, logró que los turistas extranjeros que arribaron el año pasado gastaran la cifra récord de 59.082 millones de euros. Y su recién terminada feria de FITUR evidenció crecimiento en el número de expositores y visitantes, con lo cual superó las expectativas y alimentó la esperanza. La novedad fue la notable presencia de compradores iberoamericanos, cuya demanda pone sobre el tapete que por estos lados del charco no solo existe buen mercado de viajeros sino dinero en sus bolsillos.
La Organización Mundial del Turismo, algo escéptica en meses anteriores, reconsideró sus estimaciones de crecimiento para 2014 y borró el incierto 3.8% que preveía ante las contingencias que oscurecían el momento. La apuesta la elevó a un 4.5% para ajustarla al galope mejor acompasado con el que hoy en día marchan las economías del mundo, especialmente las del Lejano Oriente.
Según la OMT, dentro de las perspectivas regionales Europa y América proyectan un repunte moderado para el año. Su aumento puede oscilar en el 4%, incluso por debajo de las cifras que promete el inestable mercado de Oriente Medio, donde el péndulo podría moverse entre cero y cinco por ciento. África, en buen momento, podría acercarse al 6%, en tanto que Asia y el Pacífico prometen una dinámica constante y positiva que les permitiría alcanzar sin apremios esta última cifra.
2014 sería un “año de luces”, como confían los gremios turísticos españoles, un buen presagio que recogen sus similares de Portugal, Finlandia y Lituania, quienes al unísono observan con esperanza un horizonte que empieza a despejarse de oscuros nubarrones que hicieron de los últimos, unos años largos, duros y difíciles.
La favorable expansión económica que mantiene América Latina se convierte en un imán para España y otros países europeos, que buscarán apuntar su mira hacia este subcontinente, con el fin de incrementar el flujo de visitantes. El nivel de gasto de los turistas latinos es un atractivo que también intentarán disputar las propias naciones de la región para superar la meta, muy cercana a los 60 millones de turistas, acogidos el año pasado. Brasil, con la realización del mundial de fútbol, será el gran anfitrión.
Si 2013, pese a los trances económicos, rompió la brecha y permitió abrir las puertas hacia la recuperación turística, este 2014 se perfila para ser el año en el que se den los primeros pasos hacia la consolidación.
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