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La Aeronáutica Civil finalmente le ganó el pulso a las comunidades que habitan en los alrededores del aeropuerto El Dorado y operará su segunda pista durante 24 horas al día.
Con la autorización dada por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) quedaron sobre la lona los clamores de los habitantes, y la administración distrital, su principal vocera, perdió un nuevo round en sus enfrentamientos con el Gobierno Central.
La ampliación de la licencia de operaciones nocturnas se hallaba en entredicho, por cuanto la misma Autoridad tenía a la Aerocivil bajo la lupa por el incumplimiento de las recomendaciones ambientales establecidas en un concepto técnico de septiembre de 2012. Se le investigaba por una serie de infracciones, entre las que se incluían fallas en las insonorizaciones, deterioro de las barreras naturales, deficiente monitoreo del nivel de ruido de aviación y la falta de socialización de los resultados de medición de ruido y aire.
Durante un debate legislativo previo a la decisión, el director de la Aeronáutica, Gustavo Lenis, dio un parte favorable y aseguró estar hecha la tarea con el cumplimiento de las obras y las acciones requeridas para mitigar la alta contaminación sonora y los daños al medio ambiente. El director de la ANLA, Fernando Iregui, no acudió ni se excusó, como tampoco respondió al representante Inti Asprilla, su citante, si la modificación de la licencia podría conducir a un grave problema de salud pública en las localidades de Fontibón y Engativá y en el municipio de Funza.
Los doscientos mil habitantes que residen en el contorno de la pista vienen denunciando, desde su propia construcción, en 1998, afectaciones y perjuicios en salud, agua, aire y suelos. El Distrito asegura que la contaminación sigue en aumento, y no solo duda de que las condiciones que acaba de imponer la ANLA para extender definitivamente el servicio sean las suficientes para mitigar los efectos de la operación, sino que la acusa de dejar por fuera de toda consideración los argumentos sustentados sobre los efectos de la medida en la salud de la población.
En tanto que la opinión pública desconoce los procedimientos puestos en marcha por la Aerocivil para la mitigación del ruido, la entidad asegura que su aplicación ha contribuido a una reducción de 15DB, y descalifica por supuesta falta de rigurosidad técnica los estudios del gobierno de Bogotá que, por el contrario, advierten sobre un panorama social oscuro, que prende alarmas, arrastrando a su lado incuestionables impactos en la salud humana.
Lo que resulta cierto es que la permanente exposición de ruido en El dorado -de no existir blindajes- alcanza niveles de 75DB -por encima de los 65DB día y 50DB noche, que han sido establecidos para áreas residenciales-, y junto con el acelerado incremento de su actividad aérea, constituye una implícita amenaza con implicaciones negativas en la salud mental, el sueño, el desempeño, el comportamiento y la comunicación de la gente, sin abordar dentro de las varias consecuencias el eje social ni el detrimento patrimonial que genera la desvalorización y el deterioro ambiental de los predios.
El debate, sin duda, vuelve a revivir el tema de construcción de un nuevo terminal para desplazar parte de la aviación comercial -como el que se proyecta levantar en inmediaciones de Madrid- y obliga a pensar tanto en la reubicación de familias afectadas como en el cambio en el uso del suelo de un sector que se margina y deteriora diariamente, y que debería priorizarse como zona industrial, para dar vía libre a una próspera actividad económica relacionada con la infraestructura aérea, turística y hotelera.
Ahora, el Distrito prepara un recurso legal de reposición ante la decisión de la ANLA y anuncia acciones jurídicas para la defensa de la comunidad. La consigna del Gobierno Nacional de aprovechar la modernización del aeropuerto El dorado para manejar plenamente el alto tráfico de aeronaves, aún a costa de los intereses de millares de gente humilde, le abre un nuevo frente de batalla a la administración Petro, que busca incrementar los decibeles a favor de su controvertida gestión, acorralada por sus persistentes críticos, en medio del mundanal ruido.
gsilvarivas@gmail.com
