En el sector hotelero comienza a abrir camino una particular modalidad de servicio a nivel mundial, que bien podría darles una nueva perspectiva a ciertas actividades laborales, ahora que, en razón de la pandemia, la tendencia hacia al trabajo online a distancia experimenta un decidido impulso y, muy seguramente, llegó para quedarse y evolucionar. Se trata del “workation”, un neologismo inglés que relaciona trabajo con vacaciones y que plantea una novedosa alternativa para laborar en un entorno flexible y amigable donde, además, de garantizar las máximas comodidades, se propicie la programación responsable de la agenda para el disfrute personal.
Desde que inició la crisis sanitaria, las empresas cerraron oficinas, desterraron la presencialidad y las nóminas se desplazaron a las casas. El trabajo remoto se convirtió en una disyuntiva que sigue ganando terreno y persiste, particularmente, entre las compañías que aún les mantienen puestas las barreras a las aglomeraciones de personal. El desarrollo tecnológico alcanzado hasta ahora prevé acelerar el cambio hacia la virtualidad, una opción que empieza a mostrar resultados en el aumento de la productividad empresarial e, incluso, abre las posibilidades de generar experiencias atrayentes y motivadoras.
Es en este campo de juego en el que entran los hoteles, dispuestos a difuminar las líneas existentes que separan el trabajo del ocio y de los viajes. El workation (work and vacation) es un concepto que busca atraer y conquistar a los trabajadores de la llamada “economía de plataformas”, los nómadas digitales, esa amplia y creciente gama de profesionales en variadas disciplinas que tienen marcada dependencia de la red, pero, también, a los ejecutivos empresariales y corporativos que aprovechan las ventajas que da el teletrabajo en estos tiempos de distanciamiento social.
La nueva tendencia turística ofrece combinar las actividades laborales con los días de descanso y las vacaciones o, al menos, inspirar esa recurrente sensación dentro de un mismo espacio de tiempo y en cualquier época del año. La propuesta invita a cambiar la rutina, mediante un modelo híbrido de trabajo en ambientes dúctiles que brinden servicios y comodidades poco comunes de encontrar en una oficina tradicional y que contribuyan a mejorar el equilibrio laboral y emocional de los usuarios. Se trata de combinar las agendas profesionales o empresariales con el placer del ocio y de los viajes vacacionales.
Dado que el huésped cuenta con las garantías para disponer e interactuar en el ecosistema digital -su principal herramienta laboral-, los expertos están de acuerdo en que esta modalidad optimiza la gestión de tiempo y genera mayor productividad. La razón. Una alternancia responsable de trabajo y descanso en lugares en los que pueda disfrutarse de un mejor estilo de vida permite desconectar del estrés laboral, recargar energías, fomentar la creatividad y la innovación y, de paso, mejorar la salud mental.
La demanda de los programas workation viene aumentando el ingreso de turistas en numerosos destinos que han padecido las angustias de la crisis. Varios reducen las restricciones y destraban las fronteras para recibirlos. Aruba, por ejemplo, permite a los extranjeros trabajar en la isla caribeña hasta 90 días, aprovechando tarifas con descuentos especiales, y Barbados invita a convertir sus playas en oficinas con el programa 12-month Barbados Welcome Stamp. A ellos se suman ciudades de cada extremo del globo, desde Berlín, Lisboa o Sofía, hasta Estocolmo, Buenos Aires o Bangkok, donde se promueven hospedajes bioseguros y con excelente ambientación, adaptados para recibir viajeros de cualquier rincón del planeta en actividades de trabajo y durante largas estadas.
Colombia no ha sido ajena a esta disrupción y cuenta con diversas iniciativas hoteleras dirigidas a profesionales independientes, cuyo aporte laboral no depende tanto de su presencia física, sino de la virtual, tales como inversionistas, bloggers, diseñadores gráficos o de web, junto a ejecutivos de los más variados niveles, para que se tomen unas “merecidas workations”. Una investigación de Booking.com, revelada durante el pasado semestre, señaló que el 49% de los viajeros colombianos estaría dispuestos a apostarle a dicha posibilidad de trabajo en forma remota a lo largo de este 2021.
Ante la amplitud del escenario, los establecimientos hoteleros han enfocado sus reflectores hacia este promisorio mercado que arranca a paso grande, con atractivas posibilidades. Cadenas como Hilton, Sheraton y Marriott se encuentran en la honda de convertir sus instalaciones en confortables espacios de home office. El Hotel W, al norte de Bogotá, es una de las alternativas interesantes del mercado, con su propuesta Room Office, que se despliega una oferta de habitaciones equipadas y rediseñadas para el trabajo a distancia.
La crisis sanitaria traza un punto de inflexión histórico para la transformación digital y la del mundo del trabajo, y el sector hotelero no ha sido ajeno a esta innovación. La recién llegada tendencia de compartir actividades laborales con ocio tiene largo camino y, desde ya, se abre un espacio en el portafolio de servicios que marcará la pauta turística para la pospandemia. El turismo es, quizás, de las pocas actividades humanas en las que resulta recomendable mezclar los negocios con el placer, con el fin de sentirles placer a los negocios.
En campo ajeno. La folclórica ministra de las TIC, Karen Abudinen, pretende desconocer su responsabilidad política ante el escandaloso contrato que tiene en riesgo de pérdida $70.000 millones, dispuestos para la conectividad digital de las escuelas más vulnerables del país. Este episodio de presunta corrupción, en beneficio de terceros, es resultado de la evidente falta de control y supervisión que le correspondía ejercer a su despacho. Entre tanto, el presidente Duque sigue con las antenas apagadas.
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