Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
En los últimos días la Aerocivil implementó medidas para mejorar las operaciones aéreas en El Dorado y el servicio se viene cumpliendo sin traumatismos
El caos que a comienzos del mes soportaron cientos de pasajeros en el puente aéreo, resultado de una sumatoria de circunstancias que son materia de investigación, comprometió la inmediata acción del Gobierno para optimizar el uso de la pista y facilitar el despegue de los aviones, ajustando procedimientos de vuelo.
Sin embargo, para lograr confiables niveles de eficiencia operacional falta recorrer camino. Agilizar el tráfico y eliminar los trancones en el aire es una tarea que debe ser recurrente a fin de prevenir colapsos, porque el aeropuerto, aunque estrena ahora una moderna estructura física, presenta dificultades logísticas, no colma del todo las expectativas en materia de funcionalidad y mantiene alertas en seguridad.
La próxima construcción del Centro de Gestión Aeronáutico y de la nueva torre de control -envuelta en líos de contratación- contribuirán a garantizar el servicio de navegación del tránsito aéreo actual, y el Plan Maestro previsto para iniciar el año entrante tendrá que apuntarle a la expansión de toda la infraestructura con miras a recibir la potencial demanda de 46 millones de pasajeros para 2026, y de 70 millones para comienzos de la década de los cuarenta.
El rejuvenecido aeropuerto deberá complementarse con obras
inaplazables en pistas y plataformas. La ampliación y la construcción de calles de rodaje, actualmente en etapa precontractual, así como la modificación de las salidas de pista, serán necesarias para minimizar los cuellos de botella que afectan la movilidad de los aviones e incrementan en forma exagerada los tiempos en tierra.
Complejo es el desafío que enfrenta la Aerocivil con el desarrollo de El Dorado si se pretende dejar huella en la historia de la aviación, como lo promete su director, Santiago Castro. El proceso de contratación y la ejecución del Plan Maestro habrán de blindarse de los riesgos de corrupción e ineficiencia administrativa, para que la entidad no termine enredada en atrasos, sobrecostos, investigaciones y escándalos, y el aeropuerto tampoco pierda su competitividad dentro de un vecindario, en el que la competencia se afina con el surgimiento de atractivas alternativas para las aerolíneas, como es el caso de los renovados y funcionales terminales de Panamá, Lima y Quito.
De tiempo atrás El Dorado viene pidiendo pista para posicionarse como principal hub aéreo de Latinoamérica, con posibilidades de recibir grandes aviones que por la altura de la ciudad requieren la garantía de una operación segura. Pero un feliz aterrizaje solo será posible con la construcción de los aeropuertos alterno y complementario.
gsilvarivas@gmail.com
