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Bogotá, la fría y lluviosa Bogotá de abril, la de los vientos achubascados, es la alternativa turística ideal para esta Semana Santa.
La encapotada aunque impredecible ciudad que se percibe triste y sombría cuando el invierno no le da tregua, vibra por esta época con especial vitalidad. Y ciertamente de algo habrán tenido que servir los 31 chamanes contratados este año por Ana Marta Pizarro, porque el sol amistoso, resplandeciente, casi canicular de los días pasados, ha puesto muy en alto la nota y le ha arrebolado las mejillas a los capitalinos. Esa es la Bogotá invernal, al final de cuentas. Con o sin chamanes, en esta urbe desaforada, como lo cantara Machado, entre nublado y nublado hay trozos de cielo añil.
Los bogotanos que decidieron quedarse y los visitantes que optaron por venir tienen a la mano un destino apropiado para el recogimiento y la reflexión, si eso es lo que buscan; pero también con una variada gama de posibilidades para el entretenimiento y la recreación. La programación cultural y de divertimento que desde hace una semana se viene presentando es de nivel superior, propia de una ciudad transformada de súbito en el más complejo, grande e importante escenario artístico del mundo.
El plato principal se sirve con la marca de fábrica del XIII Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, en el que 113 compañías escénicas de 31 países del mundo entero desbordan salas, calles y plazas públicas con actos teatrales, circenses y musicales. La mesa se complementa con el Festival Alternativo de Teatro y sus 80 grupos de diez naciones que entran en escena en centros educativos y espacios no convencionales, y con la Ciudad Teatro, en Corferias, punto de debate y encuentro académico de artistas e investigadores.
En medio de este excepcional y alegre ambiente festivo y teatrero la ciudad se mueve alrededor del Santuario de Monserrate y de los tantos templos de peregrinación e interés patrimonial; pero también de sus museos; parques temáticos de diversiones, zonas gastronómicas y centros comerciales. Una ciudad que, parodiando el aforismo, reza, peca y empata, apasionada, con la intensidad de sus maravillosos contrastes y expresiones humanas y urbanas.
Agencias de viajes y establecimientos hoteleros se sumaron a la fiesta de las mil caras con portafolios de descuentos. Cadenas de exclusivo estilo, como Hoteles Royal Park y Radisson, tienen atractivas promociones de ocasión. Todo un engranaje que se presta a que por resquicios y poros citadinos se respiren animados aires que hacen de la Santa, una Semana Capital.
