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Aunque Avianca no será vendida sí anda a la conquista de un pretendiente de pergaminos y jugosa chequera que la lleve a los cielos de la competitividad global.
La búsqueda de socio para atender su abultada deuda -que por ahora se paga sin contratiempos- está descartada, pero no en cambio la caza de un estratégico aliado con quien pueda compartir los sueños de volar, robustecerse comercialmente y fortalecer su músculo financiero para enfrentar sin apremios el enmarañado mercado aéreo internacional.
La aerolínea padece las turbulencias que surcan por la región y es sacudida por el cruce de vientos generados por la desaceleración económica y la depreciación monetaria. Las oscilaciones recesivas en el sector han producido la caída de sus niveles de ocupación. A la consecuente baja de ingresos por servicios se suman dificultades, como las altas y dolarizadas obligaciones financieras y costos operativos. Un conjunto de factores que generan un clima perturbador. El año pasado las finanzas de Avianca Holdings tuvieron desempeño negativo, con pérdidas cercanas a US$140 millones.
Para reducir niveles de endeudamiento y aumentar eficiencia se puso en marcha una política de austeridad, que incluye recorte de US$1.500 millones en inversiones para los próximos 3 años y el aplazamiento en la entrega de nuevos aviones. La gestión principal es obtener una inyección de capital que le permita apaciguar eventuales tempestades y emprender la inmediata ejecución de la lista de proyectos trazada para el resto de la década.
Avianca es una compañía con peso específico dentro del concierto regional. Opera una extensa red de rutas con centros de distribución en tres países, domina el 60% del mercado colombiano y dispone de una moderna flota de 180 aviones. En 2015 transportó 29 millones de pasajeros y 470 toneladas métricas de carga. Su posicionamiento lo refleja el exitoso programa Viajero Frecuente LifeMiles, que cuenta con siete millones de afiliados.
El crecimiento de la compañía ha sido considerable y vertiginoso desde 2004, aquella difícil época en la que -simultáneo a su compra por German Efromovich- debió acudir a la ley de quiebras de los Estados Unidos, con un pasivo a cuestas de US$300 millones. El amparo del Capítulo 11 le permitió resucitar, aunque al parecer no fue bien aprovechado para la negociación de ciertas deudas que hoy castigan el balance financiero. Tampoco para estructurar una reorganización administrativa que le permitiera ajustar su holgada nómina a las realidades del momento. Los pecados heredados repercuten en síntomas de ineficiencia operativa y administrativa.
Pese a sus complejidades internas y externas, Avianca es una empresa madura y robustecida, atractiva para ser consorte de cualquier coloso de la aviación internacional. De ahí el interés que despierta entre compañías estadounidenses como United y Delta, que disfrutan los refrescantes aires de la bonanza y buscan recortarle distancia al líder de la aviación mundial, el grupo American Airlines – US Airwais. O el que produce en la gigante china ADH, que se abre espacio en América Latina tras su reciente adquisición de la brasilera Azul, dueña de la portuguesa TAP.
Las presiones de la globalización en la industria aérea son desafiantes y la competencia empieza a tentar a los jugadores con más pulso económico, capacidad de inversión y adaptación a las nuevas ofertas de servicios. Las principales aerolíneas latinoamericanas, impactadas por una coyuntura de desaceleración -con riesgo de agravamiento-, están servidas sobre la mesa, como propuesta de un apetitoso menú para satisfacer las ganas de quienes pretenden tomarse las riendas del sector.
La venta de Avianca no parece ser alternativa para un hombre con inspirada visión en los negocios como Efromovich. Consolidar una inmejorable alianza con un candidato de alta alcurnia, bien sea como socio minoritario –que muy difícil aceptará-, le permitiría ampliarle el techo de crecimiento a la aerolínea colombiana, acceder a los últimos estándares en tecnología e innovación y extender su mapa internacional de rutas. En compañía de un alado y flechado galán, Avianca espera dar el gran salto a la conquista del mercado global para compartir la luna de miel con sus usuarios.
gsilvarivas@gmail.com
