Hace unos meses se conoció una declaración en la que Rodolfo Hernández se refería a las personas a las que él les había vendido viviendas. En tono burlón decía lo siguiente: “Imagínese, 15 años un hombrecito pagándome intereses. Eso es una delicia”. La semana pasada anunció su retiro del Senado, apenas dos meses después de haberse posesionado. Él mismo podría decir ahora, también en tono burlón, que es una delicia que gracias a esos más de 10 millones de “hombrecitos” que lo acompañaron con su voto estuvo apenas dos meses como senador y salió de ahí con un partido político debajo del brazo. Con su renuncia nos dejó ver que su decisión de ser senador obedeció solamente a su deseo de obtener la personería de su organización política.
Por Guillermo Rivera
Guillermo Rivera es abogado de la Universidad Externado de Colombia y actualmente es profesor en esa misma universidad. Fue congresista por el Partido Liberal y fue ministro del Interior en el gobierno de Juan Manuel Santos.
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