“No fueron errores: fueron horrores”, dijo uno de los siete ex dirigentes de las Farc que la semana pasada reconocieron ante la JEP su responsabilidad por los secuestros ejecutados, como crímenes de guerra y de lesa humanidad, no amnistiables. “Quisiera que la tierra me tragara”, dijo el máximo comandante para expresar su profunda vergüenza por los daños producidos al secuestrar a políticos y miembros de la Fuerza Pública para presionar su canje por guerrilleros presos, o a civiles para financiarse, o para asegurar su control territorial. “La guerra es la más inhumana de todas las actividades que pueda hacer el ser humano”, señaló otro de ellos, al atender, al igual que sus compañeros, la exigencia de hacer un reconocimiento fáctico, jurídico y restaurador de los graves hechos perpetrados por su organización, y de su responsabilidad colectiva e individual.
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Catarsis y transformación mediante justicia transicional
02 de julio de 2022 - 00:30 a. m.
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