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Señora la Muerte

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Gustavo Páez Escobar
11 de febrero de 2023 - 02:00 a. m.
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El periodista Jorge Enrique Giraldo me pide que elabore una columna acerca de las frases célebres y los nombres populares que se relacionan con la muerte. Con gusto cumplo dicha tarea, que se convierte en el epílogo de la serie de artículos que escribí sobre el cementerio Central de Bogotá.

Comienzo por rendirle sentido homenaje a Julio Flórez, que hace 100 años –7 de febrero de 1923– moría en Usiacurí. Pocos días atrás, fue coronado como poeta nacional. Con sus célebres versos “Algo se muere en mí todos los días” y “Todo nos llega tarde… ¡hasta la muerte”, entró a la inmortalidad. José Asunción Silva dice en su imperecedero Nocturno: “Esta noche / solo, el alma / llena de las infinitas amarguras y agonías de tu muerte, / separado de ti misma, por la sombra, por el tiempo y la distancia, / por el infinito negro, donde nuestra voz no alcanza…” En Futuro, Porfirio Barba Jacob exclama: “Decid cuando yo muera… (¡y el día esté lejano!): / soberbio y desdeñoso, pródigo y turbulento, / en el vital deliquio por siempre insaciado, / era una llama al viento… (y el viento la apagó)”.

Germán Pardo García, el poeta de la angustia, se abrió las venas en septiembre de 1979, y fue salvado por un vecino que observó el hilo de sangre que salía de su apartamento. Con ese motivo, escribió en 1980 el estremecedor poemario Tempestad, en el cual anota: “Vi al cuervo de Édgar Poe barrenándome la nuca / con su taladro córneo / y me abrí las arterias para el trance infinito”.

El insigne poeta caldense Fernando Mejía Mejía afirma en Elegía sin tiempo (1987): “Los muertos son movidos, / dentro de su quietud sin cielo, / por un oscuro tránsito / de inconsistentes silencios”. Jorge Eliécer Ruiz, notable intelectual santandereano, edita el libro Memoria de la muerte (1973) como homenaje a su fallecida esposa, y manifiesta en el poema que lleva el título de “Final”: “Pone la tarde su color de tiza / en el rostro sin rostro. Un profundo / silencio de piedra se eterniza / en el llanto sin voz en que me inundo”.

En Naufragio, que hace parte del libro Cuando florece el llanto (1960), Laura Victoria llora la muerte de su amado: “Esto es más hondo que todos los abismos, / más ancho que el espacio. / Es como si el mar entrara por mis sienes / anegando de sal mi pensamiento. / Como si en cada poro me clavaran / una espina de erizo / y el sol me calcinara las retinas”.

Juan Rulfo crea el pueblo de Comala, un eco de la Guerra Cristera, y allí no se sabe en ocasiones si se está hablando con los habitantes o con las almas de los muertos. Veamos esta escena recogida en la alucinante novela Pedro Páramo: “¿Creíste que era yo? Ha de ser la que habla sola. La de la sepultura grande. Doña Susanita. Está aquí enterrada a nuestro lado. Le ha de haber llegado la humedad y estará removiéndose entre el sueño”. Podría reproducir otras referencias literarias sobre el trance de la muerte, pero se agotó el espacio.

Veamos ahora algunas frases célebres: “La muerte solo puede causar pavor a quien no sabe llenar el tiempo que le es dado para vivir” (Viktor Frankl). “A los muertos no les importa cómo son sus funerales. Las exequias suntuosas sirven para satisfacer la vanidad de los vivos” (Eurípides). “La muerte no llega con la vejez sino con el olvido” (Gabriel García Márquez). “Una vez terminado el juego, el rey y el peón vuelven a la misma caja” (Proverbio italiano). “Una muerte honrada es mejor que una vida vergonzosa” (Tácito). “En esta vida es fácil morir. Construir la vida es mucho más difícil” (Vladimir Mayakovski).

“En este mundo no hay nada cierto, salvo la muerte y los impuestos” (Benjamín Franklin). “Todos estamos en fila delante de la parca. Felizmente no sabemos en qué lugar de la fila” (Ernest B. Black). “Lo malo de la inmortalidad es que hay que morir para alcanzarla” (Víctor Hugo). “Me gustaría suprimir las honras fúnebres. Hay que llorar cuando los hombres nacen y no cuando mueren” (Montesquieu). “Cuando las vigas se rompen, se reconstruyen; cuando los hombres mueren, se los sustituye” (Proverbio vietnamita). “Me voy acercando lentamente a ese momento en el que los filósofos y los imbéciles tiene el mismo destino” (Voltaire).

Ahora, algunos sinónimos de la palabra “muerte”: “parca, pelona, fallecimiento, defunción, óbito, deceso, fin, trance, expiración, hora suprema, postrimería, acabamiento, tránsito, partida, sueño eterno, agonía, aniquilación, eliminación, extinción, desaparición”. Tánatos es el dios de la muerte en la mitología griega. El vocablo “tánatos” abarca la idea de la muerte. De ahí se deriva “tanatología”, la ciencia de la muerte. Misión cumplida, Jorge Enrique.

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