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La berenjena es, digamos, como una esponja culinaria, pues tiene la asombrosa propiedad de absorber todos los líquidos en los que se cuece, ganando una riqueza incomparable en sabores y aromas.
Los turcos la asan hasta que toma un gusto ahumado riquísimo y luego la mezclan con tahine; en tanto que en Tailandia suelen sudarla dentro de sus tradicionales curries para que tome todo el sabor posible. En Italia hacen lo propio, y allí vamos en la próxima escala en nuestra vuelta al mundo culinaria. Las berenjenas a la parmesana son un clásico italiano poco favorecido, pero muy extendido en su región, y se trata de una especie de lasaña que por igual se puede servir fría que caliente y en cuya preparación termina absorbiendo todas las bondades de una rica salsa de tomate casera. Este platillo sirve perfectamente como una entrada o como un bocado de brunch o almuerzo ligero.
Berenjenas a la parmesana
Ingredientes para 4 personas
3 berenjenas grandes
Sal y pimienta negra
Aceite de oliva
Queso mozzarella de muy buena calidad en rodajas
Queso parmesano rallado
Para la salsa
8 tomates chontos bien maduros
2 dientes de ajo
2 hojas de albahaca fresca
2 cucharadas de aceite de oliva
Hojitas de apio
Preparación
Para la salsa, sofría el ajo en aceite de oliva, agregue la albahaca en trozos, el apio y el tomate, y deje cocer lentamente durante una hora, machacando constantemente con una cuchara de palo para deshacer los trozos de tomate. Aparte, corte las berenjenas en rodajas gruesas, sazónelas con sal y pimienta y áselas en una parrilla o en el horno en broil, por lado y lado. En una refractaria acomode capas de salsa, luego berenjenas y después mozzarella, como si fuera una lasagna, y finalice con una buena capa de parmesano rallado antes de gratinar en el horno. Se puede servir caliente recién salida del horno o fría como un antipasto
