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El pavito nuestro

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Harry Sasson
06 de junio de 2010 - 02:00 a. m.
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Hay que aprovechar y disfrutar esta carne blanca, y no dejarla sólo para las épocas decembrinas.

El pavo es una carne muy arraigada en Europa y Estados Unidos, mas no por estos lares, donde apenas lo comemos en épocas decembrinas. De hecho, en momentos del año diferentes al Día de Acción de Gracias, cuando tradicionalmente se come pavo en Estados Unidos, siempre hay disponibilidad de jugosos perniles asados, que son un bocado bastante extendido entre los norteamericanos.

Sin embargo, gracias al esfuerzo de los criadores, esto está cambiando en Colombia, de manera que ahora podemos acceder a nuestro pavito fuera de temporada. Y eso es una novedad para aplaudir en un país como el nuestro, donde el pollo reina. Lo cierto es que, felizmente, cada día vemos más presencia del rico pavo en los supermercados, ¡y hasta en junio! No se trata de los enormes animales que llegan a la mesa en diciembre, asaditos y con su piel dorada, sino de pechugas y perniles mucho más fáciles de utilizar en la cocina. El pavo es una carne blanca saludable (baja en grasa, con poco aporte calórico y fácil de digerir) y deliciosa, excelente alternativa como reemplazo del pollo, y no necesariamente más costosa que éste.

En efecto, los cortes de pavo tienen hoy precios algunas veces inferiores tanto a los de res como al pollo. Para aprovechar la presencia de nuestro pavito en los supermercados, quiero proponerles una receta muy diferente a los tradicionales asados, cuyo sabor ya nos es familiar. Se trata de una parmesana de pechuga de pavo bañada con una riquísima mantequilla de limón y salvia, de firme sabor y con todas las ventajas del que en México conocen como guajolote.

Receta:

Parmesanas de pavo con mantequilla de limón y salvia

Ingredientes para 4 personas

800 gramos de pechuga de pavo sin piel y sin hueso

2 tazas de harina

1 taza de queso parmesano rallado

2 huevos batidos con un poquito de agua

4 cucharadas de mantequilla

2 limones pelados, sin la parte blanca y cortados en rodajas

12 hojas de salvia fresca

Sal y pimienta

Preparación:

Corte las pechugas de pavo en contra de la fibra, póngalas entre dos láminas de plástico de cocina y aplánelas con un mazo de cocina o con una piedra de río, para adelgazarlas. Sazone con sal y pimienta, páselas por la harina, luego por el huevo y, finalmente, “empánelas” con queso parmesano. Dore en una sartén a temperatura media. Mientras tanto, aparte, funda la mantequilla, agregue las rodajas de limón, las hojas de salvia y una pizca de sal, y deje confitar un poco a fuego bajo y sin que se queme la mantequilla. Sirva las parmesanas de pavo bañadas con la mantequilla.

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