Durante la fase más aguda del conflicto interno, Colombia entrenó a decenas de miles de hombres en el uso de las armas, en la obediencia y en estrategia militar. Como estos jóvenes ponían en riesgo la vida, podían salir jubilados del ejército después de veinte años de servicio. A algunos los sancionaban antes disciplinariamente o no resistían tanto tiempo y salían sin pensión. Esto produjo una masa de miles de hombres entre los 25 y los 45 años cuya única educación es el combate. Sus carencias en cualquier tipo de formación profesional diferente a la lucha armada ha hecho que muchos de ellos tengan como única perspectiva laboral...
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