La primera reacción de Gustavo Petro a la salvaje invasión de Putin a Ucrania le salió del fondo del alma: “¡Qué Ucrania ni que ocho cuartos!”. Y le salió del alma porque sabía que esta asquerosa injusticia histórica (la agresión y destrucción de un país independiente y soberano) lo obligaría al fin a tomar partido y a revelar lo que es esencialmente: una persona, como Putin, de talante claramente autoritario. Egocéntrica, megalómana, sorda a toda prudencia, narcisista, resentida y capaz de cualquier pacto o voltereta ideológica con tal de llegar al poder para no volver a soltarlo por las buenas. Esta sangrienta invasión de...
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