Kundera y Diderot

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Héctor Abad Faciolince
16 de julio de 2023 - 02:00 a. m.
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En estos tiempos estúpidos en que mucha gente lee tan mal, se puede oler el día en que algunos PhD gringos biempensantes impugnen a Cervantes y prohíban o purguen sus libros, porque don Quijote no le pagaba a Sancho un salario justo y establecía con él una relación de amo y sirviente. Convendría mucho recordar, por el contrario, que son autores como Cervantes, o como los anónimos o conocidos creadores de la picaresca, quienes erigieron en personajes de valor a las castas más bajas y subalternas: campesinos, mendigos, lazarillos, rebuscadores. En esta tradición hay que incluir al gran filósofo y novelista Denis Diderot. En su Jacques el fatalista y su amo, es Jacques, un Sancho brillante de la campiña francesa, quien supera por inteligencia y gracia a su amo, así este lo siga azotando de vez en cuando.

Cuenta el gran Milan Kundera que, en 1968, “cuando los rusos ocuparon mi pequeño país, todos mis libros quedaron prohibidos y, de golpe, ya no tuve posibilidad legal alguna de ganarme la vida”. Un director de teatro, por ayudarle, le pidió que hiciera una adaptación teatral de El idiota. Kundera releyó a Dostoievski, pero su mundo “de profundidades oscuras, de sentimentalidad excesiva”, le repugnó. Prefería morirse de hambre que adaptar El idiota. Propuso, en cambio, una adaptación de la novela de Diderot, pero no se la aceptaron. La hizo por su cuenta, para no tener que pensar en la invasión.

Victoria Amelina, la escritora ucraniana recientemente asesinada en otra invasión rusa, recuerda en un escrito luminoso que Milan Kundera empezó su ensayo sobre “La tragedia de Europa Central” citando a un periodista húngaro que decía, poco antes de que los tanques rusos liquidaran su agencia de noticias: “Moriremos por Hungría y por Europa”. Tras la invasión rusa, Kundera se tuvo que ir al exilio en Francia para poder seguir escribiendo. “Si tuviera que definirme”, confiesa, “diría que soy un hedonista atrapado en un mundo en extremo politizado”. Por estos días también Victoria Amelina pensaba instalarse en París, lejos de los misiles y de los tanques rusos, para poder escribir allí, en calma, con una beca. Una esquirla de la invasión rusa a Ucrania le impidió realizar este sueño y su obra, ya magnífica, quedó trunca.

Kundera, por suerte para él y para la humanidad, pudo seguir escribiendo su obra luminosa en París. Entre sus libros está un Jacques y su amo, perfectamente adaptado para el teatro, que retoma lo mejor de la obra de Diderot, concentrado en la risa, el erotismo, la ambigüedad y la razón, y alejado de ese sentimentalismo amoroso que suele ser el reflejo de eso que muchos llaman “el alma rusa”. Sobre todo los mismos rusos.

Cuenta Kundera que, al alejarse de Praga en carro, al tercer día de la ocupación, lo detuvieron en un retén de la infantería rusa. Requisaron el carro, no encontraron nada, y cuando el oficial ruso lo dejó ir, le dijo: “Todo esto es un gran malentendido. Pero se arreglará. Debe saber que amamos a los checos. ¡Los amamos!”. Comenta Kundera que, en el paisaje devastado por los tanques rusos, con los hombres de Estado checos secuestrados o encarcelados, lo sorprendió esa declaración de amor. La del oficial era, en realidad, una declaración de amor herido: “¿Por qué estos checos (¡a los que tanto amamos!) no quieren vivir como nosotros y de la misma forma que nosotros? ¡Qué lástima que haya sido necesario recurrir a los tanques para enseñarles lo que es el amor!”.

Detrás de la invasión rusa a Ucrania hay un pensamiento parecido. Los ucranianos, nuestros hermanos menores, deben seguir viviendo como nosotros, como intentaron enseñarles los zares, Stalin, los soviéticos y ahora el gran Vladímir Putin, su heredero. Y si no quieren vivir como nosotros, habrá que matarlos para que aprendan a apreciar la profunda alma rusa, que en el fondo los ama. El siglo de las luces francés, con Diderot a la cabeza, nos han enseñado a todos, con la ironía y la razón, a dudar de ese amor apasionado.

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Judith(76151)16 de julio de 2023 - 10:33 p. m.
En la primera frase, Ud. nos proyecta su soberbia, y menoscaba su propio texto! Lea a su vecina que no colega Irene Vallejo.
Luis(61624)16 de julio de 2023 - 08:05 p. m.
Otro que erige un personaje de valor, proveniente de las castas bajas, en este caso esclavo, es Mika Waltari en Sinuhé El Egipcio.
Jorge(40094)16 de julio de 2023 - 07:46 p. m.
Es lo mismo que pasa con los maridos machistas que cogen a golpes a la mujer y después se justifican diciendo que es por el amor que les tienen.
Oscar(10170)16 de julio de 2023 - 06:59 p. m.
Toda buena literatura o arte es subversiva, decía uno de los mas grandes protagonistas de la historia y grandes rebeldes: Leon Trosky. De ahí que la obra de kundera no solo criticaba al socialismo burocrático sino al capitalismo en el que vive tan a gusto el sr Abad, a pesar de ser un sistema que tiene a los asalariados en la miseria y en la esclavitud absoluta de su supervivencia. Por eso, es grande desde el Quijote hasta el Idiota y desde Diderot hasta Carpentier y Jorge Amado con Gabito.
luis(18551)16 de julio de 2023 - 06:53 p. m.
"Amor con dientes", lo llama el vil populacho. Ese de que está hecha la literatura y que tanto odian los tiranos. Aunque, claro está, hacen populismo con él. Así son los colonizadores. Todos. Gracias, Héctor.
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