Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

Los principios de Petro

Héctor Abad Faciolince

30 de marzo de 2025 - 12:07 a. m.
“No se trata de querer o no querer a Petro. Se trata de saber quién es”: Héctor Abad Faciolince.
Foto: Andrea Puentes

Si el presidente Petro tuviera sentido del humor uno podría decir que es un marxista de la escuela de Groucho Marx. Pero qué va, su humor es tan pobre y pedestre que no le sale esa comparación. El izquierdismo de Petro es de otro cuño: una mezcla de populismo, matoneo verbal y amigotes corruptos que hacen el trabajo sucio. De todos los apuntes geniales del cuarto de los hermanos Marx, hay uno solo que se le puede aplicar: “Estos son mis principios, si no te gustan, tengo otros”.

Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO

¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar

PUBLICIDAD

Hace ocho días defendí aquí una tesis muy sencilla: que Petro pretende ser la solución de los desastres que él mismo crea. Su respuesta, por la red social de Musk, es una muestra de su astucia y de su capacidad de manipulación. Empezó diciendo: “Nunca pudo quererme Abad”. ¿Y de cuándo acá uno debe hacer lo posible por quererlo? A él le gusta hacer ese tipo afirmaciones personalistas: “¡Recuerde que yo soy su presidente!”. ¿Mi presidente? Pues no, claro que no. Él es el presidente de la república, pero no es el presidente de nadie. Afortunadamente quienes somos ciudadanos libres —al menos en un país que aspira a ser democrático— no tenemos a nadie que presida sobre nosotros.

La falta de principios de Petro es proverbial y antigua. Su misma manera de posar esta semana ante la enviada del emperador Trump, así lo confirma. Kristi Noem (secretaria de Seguridad Nacional de EE. UU.) venía de hacer un show frente a los barrotes de la cárcel de máxima seguridad de Bukele. Detrás de ella, rapados y casi en pelota, se veían los presos venezolanos deportados a El Salvador por el delito de tener tatuajes. La señora Noem los llamaba terroristas, pero ningún juzgado americano o salvadoreño ha visto pruebas de que lo sean. Su delito es otro: ser bajitos, mestizos, haber cruzado ilegalmente la frontera y tener tatuajes.

Pues bien, tras abrazar a su amigo Bukele, Kristi Noam llegó a Bogotá a reunirse con la canciller Sarabia y con el muy sonriente presidente Petro. Firmaron un acuerdo secreto y la amiga de Bukele y de Trump se fue, al parecer, muy contenta. Me imagino el saludo de Petro: “Estos son mis principios, Kristi, si no te gustan, tengo otros”. ¿Han notado que el gran adalid del ecologismo mundial, desde que los negacionistas del cambio climático llegaron al poder en EE. UU., no ha vuelto a mencionar el apocalipsis que anunciaba cada ocho días?

Read more!

Tengo mala memoria, pero hay cosas que no se me olvidan. ¿Se acuerdan de Wikileaks? Por si no se acuerdan les recuerdo que el señor Petro, por entonces senador (año 2008), iba a hablar con la gente de la CIA en la embajada de Estados Unidos para asegurarles que él, el exguerrillero, era en realidad un moderado, mientras que el profesor Carlos Gaviria, en cambio, ese sí era un peligroso extremista de izquierda. Al menos de Carlos no se atrevió a decir que era cercano a las FARC (sabía que ni la CIA iba a creerle semejante infamia), pero sí acusaba, sin mostrar ninguna prueba, a otros miembros de su partido de pertenecer a ese grupo guerrillero. Y para negar que él fuera cercano a Chávez, era tan tierno Petro con los agentes de la embajada, que les confesaba que la cercana a Chávez era su exmujer, pero él no, pues él tenía incluso orden de alejamiento de ella.

Read more!

No se trata de querer o no querer a Petro. Se trata de saber quién es. Él era quien manipulaba los acuerdos del Polo Democrático y lo que se decidía por la noche (sobre todo en asuntos de manejo del dinero del partido) al día siguiente aparecía cambiado para que fuera Petro quien podía disponer de los recursos. Esto me lo contó el mismo Carlos Gaviria, pero hay testigos vivos que me lo han confirmado varias veces, y Petro sabe que es cierto.

Pasaba con su partido lo mismo que pasa ahora con el Gobierno. Los recursos que deben ir a los medicamentos, a la salud, a los colegios o a las universidades públicas, se desvían para aceitar la campaña presidencial del mejor situado para sucederle en el puesto: un residente en la Florida.

Conoce más

Temas recomendados:

Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.