Publicidad

Matar por lo que se dice, matar por lo que se piensa

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Héctor Abad Faciolince
14 de septiembre de 2025 - 05:07 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Ocurrió aquí con el asesinato de Miguel Uribe Turbay, y está ocurriendo en muchas partes del mundo con el asesinato de Charlie Kirk, el joven activista evangélico de extrema derecha, asesinado en la Universidad de Utah el miércoles pasado. Personas que se sitúan en la orilla política opuesta publican las declaraciones más extremas del muerto y a renglón seguido, tácita o explícitamente, justifican o celebran que alguien le haya pegado a mansalva un tiro en la nuca. Un principio liberal ilustrado, que está en la base de dos derechos humanos inalienables, dice que todas las personas podemos pensar libremente lo que queramos, y no solo pensarlo, sino decirlo. Los pensamientos son libres, y también la expresión de esos pensamientos.

Tener derecho a pensar lo que queramos, y a decirlo, no quiere decir que todo lo que se piensa o dice deba ser respetado. Lo que se respeta es el derecho a pensarlo y a expresarlo, pero todos tenemos el derecho simétrico a pensar diversamente y a debatir un pensamiento ajeno con todo el énfasis, toda la fuerza argumentativa o retórica de que seamos capaces. Tenemos incluso derecho a ironizar, a burlarnos, a hacer parecer ridículo el pensamiento ajeno. A lo que no tenemos derecho es a callar al otro violentamente y mucho menos a matarlo, o a incitar a matarlo por lo que piensa o dice.

Hay países en los que ciertos discursos están prohibidos por ley. En Alemania, por ejemplo, se castiga penalmente la negación del Holocausto judío a manos de los nazis. Los que lo hagan pueden ser multados y eventualmente detenidos, pero nadie los puede matar. En Estados Unidos, en Francia, o aquí mismo en Colombia, está permitido negar el Holocausto, y permitido rebatir o insultar a quienes lo niegan, pero no está permitido golpear y mucho menos matar a quienes piensen así. Kirk negaba el genocidio de los palestinos en Gaza; esta negación, por mucho que uno esté en desacuerdo con ella, es legal aquí y allá. Tengo todo el derecho a discutirla, debatirla, a enojarme con quienes esto afirman, pero no puedo negar su derecho a expresar esa opinión, y mucho menos puedo intentar suprimir ese derecho por medio de la violencia.

Aquí llegamos a un punto más cercano a la contradicción lógica. Si aceptamos el principio de que todo el mundo puede pensar y decir lo que quiera (sin llegar nunca a la violencia), qué hacer ya no con el pensamiento (que es mudo, un acto mental interior), sino con la expresión que celebra la muerte violenta o incita a matar a quienes piensan de determinada manera. Para seguir con el ejemplo de actualidad en Colombia (Miguel Uribe) y en EE. UU. (Charles Kirk): ¿celebrar o justificar su asesinato cae dentro de los límites de la libertad de expresión?

No soy jurista, pero creo que al menos dentro de la legislación colombiana la Ley 1482 de 2011 lo prohíbe al sentenciar que “el que promueva o instigue actos, conductas o comportamientos constitutivos de hostigamiento, orientados a causarle daño físico o moral a una persona (…) por razón de su (…) ideología política o filosófica, (…) incurrirá en prisión de 12 a 36 meses y multa de 10 a 15 salarios mínimos legales mensuales”. Menos mal que no soy abogado. El daño físico lo entiendo muy bien; el “daño moral” por razón de “la ideología política”, me resulta más difícil de tipificar y compadezco a los jueces que lo tengan que decidir.

En todo caso, más allá de la sanción penal que pueda haber, de lo que sí estoy convencido es de que es una pésima idea para la convivencia pacífica (aquí o en EE. UU.) que se justifique el asesinato de una persona simplemente por sus opiniones, así estas sean de extrema derecha o de extrema izquierda, de fanatismo religioso o fanatismo político. Cuando en el pensamiento y en su expresión empezamos a justificar el asesinato de quienes no piensan como nosotros, los países corren el grave riesgo de precipitarse en la peor manifestación de violencia fratricida: la guerra civil.

Conoce más

 

Potter 3838(79omw)18 de septiembre de 2025 - 03:28 a. m.
Sr. Abad, para que sepa quien fue el asesinado Kirk: Un nazi disfrazado de youtuber. Asesinar a alguien, jamás debe ser una opción para expresar su descontento, pero el difunto gringo como el llamado la "esperanza" por el viejito de los crocks, no eran nada bueno para sus respectivas sociedades.
Mar(60274)16 de septiembre de 2025 - 12:02 p. m.
Hector Abad, le recomiendo que lea esta columna, publicada en el País de España: https://elpais.com/opinion/2025-09-16/contra-la-canonizacion-de-charlie-kirk.html
NAVY(47439)16 de septiembre de 2025 - 10:26 a. m.
Que significará la orden del alucinado presidente de " radicalizar el discurso "?
  • Mar(60274)16 de septiembre de 2025 - 12:06 p. m.
    ¿En qué contexto?
Felipe(dw15k)16 de septiembre de 2025 - 01:10 a. m.
La lógica de la violencia parte de que cada bando cree tener razón en ejercerla pero siempre hay un momento de inicio. Cuando se le reclama a Rusia por la invasión a Ucrania se olvidan de los muertos y los ataques al Donbass, peligrosamente cerca de Rusia, hasta el 22. Cuando se le reclama a Hamas por la horrible masacre del 23, se olvidan de las horribles masacres desde el 47. ¿Cómo se convence a los radicales de detener su violencia? ¿Y cuando son los más fuertes?
  • Mar(60274)16 de septiembre de 2025 - 12:03 p. m.
    En este caso sí es muy claro, quién no tenía la razón y no es solo el victimario.
Felipe(dw15k)16 de septiembre de 2025 - 12:09 a. m.
Desde el primer mandato de Trump la violencia racista, xenófoba, el bullying en los colegios se habían incrementado. Este año fueron baleados 2 políticos demócratas, uno de ellos muerto y el rey no dijo mucho así como se manifiesta a favor del régimen genocida sionista. Y ahora tras el asesinato de un partidario ellos son las víctimas como muy bien saben hacerlo. Destruyen la democracia, incitan a la violencia y les quedan debiendo.
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.