Hay dos tipos de personas para quienes emigrar es más fácil: los que tienen muy poco dinero, pero mucha juventud (energía, esperanzas, ganas de mejorar); y los que tienen poca juventud, pero mucho dinero (y miedo a perderlo, ganas de invertirlo donde esté más seguro). Los primeros se van con lo puesto y algún pequeño ahorro familiar para llegar al destino escogido (Estados Unidos, España); los segundos se van si pueden liquidar sus negocios o propiedades y convertir su riqueza en monedas duras (dólares, euros). Hay, pues, una emigración más numerosa de jóvenes sin muchos recursos, y de personas mayores con abundancia de recursos....
Conoce más
