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Ucrania: tan lejos, tan cerca

Héctor Abad Faciolince
25 de febrero de 2024 - 02:00 a. m.
“Hoy en Ucrania no hay un líder ni un país más odiados que Putin y Rusia”: Héctor Abad Faciolince
“Hoy en Ucrania no hay un líder ni un país más odiados que Putin y Rusia”: Héctor Abad Faciolince
Foto: EFE - ERDEM SAHIN

Hoy empieza el tercer año de la invasión rusa a Ucrania, la peor tragedia europea desde el final de la II Guerra Mundial. Creo que hace dos años Ucrania ni siquiera existía muy nítidamente en nuestra imaginación, y así como en Europa confunden a Colombia con Bolivia y a Uruguay con Paraguay, muchos latinoamericanos no tenían muy claro si Ucrania o Moldavia, Uzbekistán o Kazajistán eran países independientes o territorios afiliados a la Confederación Rusa. Por desgracia los países existen más que nunca gracias a su sufrimiento, y hoy Ucrania, después de millones de exiliados y desplazados, después de cientos de miles de ciudadanos muertos por el ejército ruso, es más real que nunca.

Hace dos años, cuando Putin lanzó la que se suponía que sería una Blitzkrieg, una guerra relámpago al estilo de Hitler en Polonia, escribí en estas páginas: “Putin niega la existencia de Ucrania invadiéndola y matando a sus habitantes. Si Ucrania resiste, y resistirá, los humillados por los tanques y los bombarderos rusos se sentirán más ucranianos que nunca y más alejados que siempre de la madrastra rusa”.

Gracias a la asombrosa resistencia de los ucranianos, el cálculo de la Blitzkrieg le salió muy mal a Putin. Los soldados rusos llevaban en el morral sus uniformes de gala; pensaban que en pocas semanas estarían haciendo un desfile triunfal por las calles de Kiev, que habrían matado a Zelenski e instalado un gobierno títere que obedeciera a Moscú. El mismo Biden se imaginaba también una derrota así (parecía imposible que Ucrania pudiera resistir a uno de los ejércitos más poderosos del planeta) y le ofreció a Zelenski un avión para sacarlo a él y a su familia a un país seguro. Zelenski empezó a ganar la guerra cuando le respondió al presidente de Estados Unidos: “La pelea es aquí; yo no necesito un taxi, sino municiones para defender a mi país”. Biden se las mandó.

En las últimas semanas el ejército ruso ha recuperado terreno. Consiguió tomar una ciudad, Avdiivka, y después de meses a la defensiva tiene otra vez la iniciativa en Ucrania del este. Putin ha ido exiliando o matando uno tras otro a quienes se atreven a contradecirlo y se encamina a una nueva victoria electoral arrasadora, sin nadie que se le oponga. El Congreso de Estados Unidos, amedrentado por el posible regreso de Trump –un putiniano– al poder, no ha aprobado las ayudas a Ucrania que Biden solicita. Europa occidental titubea. El escenario para Putin parece ideal.

No es así. Cuando Putin, hace diez años, invadió y anexó a Crimea en una guerra relámpago fácil, Occidente protestó de dientes para afuera, pero luego miró hacia otro lado y siguió haciendo negocios con Rusia. Con la invasión completa a Ucrania de hace dos años, en cambio, a Putin le salió el tiro por la culata porque Occidente, al fin, se pellizcó. El pretexto para invadir Ucrania, falso, era su posible entrada en la OTAN (que estaba lejos). Pues bien, dos países fronterizos con Rusia, con ejércitos y recursos mucho más grandes que Ucrania, adhirieron a la OTAN: Finlandia y Suecia. La Unión Europea ha aumentado sus gastos de defensa como nunca antes. Y si Putin soñaba con que Ucrania volviera a su esfera de influencia, hoy en Ucrania no hay un líder ni un país más odiados que él y Rusia. Ucrania es hoy una nación mucho más nítida para todos nosotros e incluso para los mismos ucranianos.

Hace ocho meses vi morir frente a mí, en Kramatorsk, cerca del frente de batalla, a la joven escritora Victoria Amelina. Un misil ruso la mató a ella y a 12 civiles más. La literatura me llevó a Kiev, y Victoria nos llevó a tres colombianos a documentar los crímenes de guerra de Rusia. Mi vida cambió para siempre. Ucrania, que parecía muy lejos, nunca ha estado tan cerca de mí. El presidente de mi país dijo en Bruselas que no sabría escoger entre Putin y Biden. Pocas veces he oído un dilema más bruto y más ofensivo que este. Bruto por su insensibilidad y ofensivo para la inteligencia.

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Contrapunteo(18670)25 de febrero de 2024 - 01:03 p. m.
Ucrania, cerca de tu corazón, pero no vuelvas por allá porque no podrías después contar el cuento. Dedícate a lo que medio sabes hacer, escribe sobre libros, poesía, etc. a ver si de pronto te suena la flauta y te inspiras en escribir algo mejor que El olvido que seremos, porque tienes mucha suerte en las ventas, pero después de este texto, nos haz escrito nada que valga la pena.
Jesus(25812)25 de febrero de 2024 - 12:58 p. m.
Ucrania es víctima de haber elegido un idiota como presidente haciéndole el juego a los gringos pues su intención es dividir a Rusia,
JOSE(dcz06)25 de febrero de 2024 - 01:19 p. m.
entre putin y biden que entre el diablo y escoja. Petro tiene razon, estados unidos ha invadido mas paises y ha matado mas gente que rusia con putin. La invasion a ucrania fue alentada y provocada por Biden. Le ha convenido mucho a biden esta guerra. Acuerdense de la voladura de un puente y del saboteo al gasoductocausado por USA.
ECh(15232)25 de febrero de 2024 - 01:04 p. m.
Totalmente de acuerdo
Gustavo(14727)25 de febrero de 2024 - 12:44 p. m.
Que análisis tan pobre de una persona que creía ilustrada. Que diría el viejo Abad, ese si, valiente persona?
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