En una excelente columna, el economista Carlos Caballero Argáez puso en tela de juicio la publicación de Wall Street Journal Americas, en la cual afirmó que Colombia: “tiene una de las economías de libre mercado más abiertas de la región y el año pasado fue clasificada en tercer lugar en el índice de facilidad para hacer negocios que elabora el Banco Mundial, después de Chile y Perú”.
Aduce Caballero que “el tamaño del comercio exterior con relación al PIB es mucho menor que la de países como Bolivia, Ecuador, Perú, Chile y parecida a Brasil que es el país más cerrado de la región”. “Fue una sorpresa encontrar que Colombia es igual de cerrada ahora de lo que era en 1990. El índice de apertura de Colombia en 2013, alrededor del 30%, es inferior al 44% de Perú, al 56% de Chile, al 74% de Bolivia y al 56% de Ecuador”.
Infortunadamente, numerosos medios de comunicación y el propio gobierno soslayan la letal apertura de Colombia al contrabando y demás lavados de dólares. El destacado senador, José Darío Salazar Cruz, en un excelente artículo publicado en el diario La República, afirmó que la Unidad de Información y Análisis Financiero –UIAF- entidad adscrita al Ministerio de Hacienda, estimaba el contrabando anual del país en 13 billones de pesos de los de doce ceros.
“Además, de acuerdo con las cuentas de la UIAF –continúa Salazar- en Colombia se lavan anualmente 38 billones de pesos, de los cuales $18 billones son del narcotráfico, $10 billones por minería ilegal, $6 billones por corrupción, $2 billones por extorsión y $2 billones por otros delitos”. Sinvergüencerías estas que se aproximan al 5% del PIB.
Esta colosal lavandería se apoderó entre el 20% y el 30% del mercado total de alimentos, textiles, confecciones, calzado… Y mediante ella sí se contribuyó a controlar la inflación; pero se quebraron de paso no pocos industriales y agricultores colombianos. Reconozcamos que la baja inflación se debe en Colombia tanto a los aciertos como a las omisiones y tolerancias nocivas de Minhacienda, del Emisor y de la Dian.
Regresando a Caballero,“entre 2010 y 2013 la economía peruana se expandió al 6,75% en promedio, mientras que Colombia lo hizo a un ritmo del 4,68%, dos puntos menos que Perú… Y Brasil, el país más cerrado, crece en la actualidad al 2% anual”.
El crecimiento del 4,68% del PIB por año se considera muy mediocre, porque a esta tasa de crecimiento tardaría el país 15 años para doblar su PIB. Si al 4,68% le restamos un estimado 1,68% de crecimiento por año de la población, pues duplicaríamos el PIB per cápita en 24 años. Dramático entorno económico: desindustrialización en marcha, agricultura no rentable por la competencia del contrabando, tasa de cambio no competitiva, estruendoso fracaso en la educación, Justicia politizada e ineficaz y negociaciones para entregarle el país a las Farc.
En una excelente columna, el economista Carlos Caballero Argáez puso en tela de juicio la publicación de Wall Street Journal Americas, en la cual afirmó que Colombia: “tiene una de las economías de libre mercado más abiertas de la región y el año pasado fue clasificada en tercer lugar en el índice de facilidad para hacer negocios que elabora el Banco Mundial, después de Chile y Perú”.
Aduce Caballero que “el tamaño del comercio exterior con relación al PIB es mucho menor que la de países como Bolivia, Ecuador, Perú, Chile y parecida a Brasil que es el país más cerrado de la región”. “Fue una sorpresa encontrar que Colombia es igual de cerrada ahora de lo que era en 1990. El índice de apertura de Colombia en 2013, alrededor del 30%, es inferior al 44% de Perú, al 56% de Chile, al 74% de Bolivia y al 56% de Ecuador”.
Infortunadamente, numerosos medios de comunicación y el propio gobierno soslayan la letal apertura de Colombia al contrabando y demás lavados de dólares. El destacado senador, José Darío Salazar Cruz, en un excelente artículo publicado en el diario La República, afirmó que la Unidad de Información y Análisis Financiero –UIAF- entidad adscrita al Ministerio de Hacienda, estimaba el contrabando anual del país en 13 billones de pesos de los de doce ceros.
“Además, de acuerdo con las cuentas de la UIAF –continúa Salazar- en Colombia se lavan anualmente 38 billones de pesos, de los cuales $18 billones son del narcotráfico, $10 billones por minería ilegal, $6 billones por corrupción, $2 billones por extorsión y $2 billones por otros delitos”. Sinvergüencerías estas que se aproximan al 5% del PIB.
Esta colosal lavandería se apoderó entre el 20% y el 30% del mercado total de alimentos, textiles, confecciones, calzado… Y mediante ella sí se contribuyó a controlar la inflación; pero se quebraron de paso no pocos industriales y agricultores colombianos. Reconozcamos que la baja inflación se debe en Colombia tanto a los aciertos como a las omisiones y tolerancias nocivas de Minhacienda, del Emisor y de la Dian.
Regresando a Caballero,“entre 2010 y 2013 la economía peruana se expandió al 6,75% en promedio, mientras que Colombia lo hizo a un ritmo del 4,68%, dos puntos menos que Perú… Y Brasil, el país más cerrado, crece en la actualidad al 2% anual”.
El crecimiento del 4,68% del PIB por año se considera muy mediocre, porque a esta tasa de crecimiento tardaría el país 15 años para doblar su PIB. Si al 4,68% le restamos un estimado 1,68% de crecimiento por año de la población, pues duplicaríamos el PIB per cápita en 24 años. Dramático entorno económico: desindustrialización en marcha, agricultura no rentable por la competencia del contrabando, tasa de cambio no competitiva, estruendoso fracaso en la educación, Justicia politizada e ineficaz y negociaciones para entregarle el país a las Farc.