Es el momento de aplausos y reconocimiento para los finalistas de este torneo de Dimayor en el primer semestre. Aplausos tanto para Nacional como para el Deportes Tolima, por la entrega y el espíritu exhibidos, más allá de saber que solo uno será el campeón. Aplausos para el público seguidor de esta instancia, que supo copar los estadios, sufrir y gozar con las situaciones vividas.
Aplauso grande para Yerson Candelo por el golazo conseguido en el juego de ida en esta final. Acierto en la potencia de su remate, en la ubicación de la pelota y en el significado en sí de su acción. Fue acierto suyo y no tanto error del arquero ecuatoriano Domínguez. Quiero en este punto señalar que no fue ni el primero ni el último de los arqueros en recibir ese castigo. Desde Courtois, pasando por Óscar Córdoba, Farid Mondragón, Luis Islas y tantos otros, quienes pagaron precio alto por estar adelantados en su posición.
Pero creo que existe una explicación. Cuando un equipo, le pasó al Tolima, adelanta su línea defensiva procurando encerrar al contrario o hacer lo que llaman presión media, el arquero queda respondiendo por lo menos en unos 1.200 metros cuadrados, porque sus zagueros centrales y laterales se fueron a zonas muy distantes de su propio arco. No puede quedarse en su arco. Requiere adelantarse, no sé, 10 o 15 metros, y allí corre riesgo y paga precio alto por ese movimiento. No es error ni pecado, y este gol es un acierto grande de Candelo.
Nacional y Tolima comparten detalles en común. Disponen de cuatro laterales muy buenos, Marulanda y Júnior Hernández salen de su sector y apoyan. Entre Candelo y Danovis Banguero (para mí el mejor en ese puesto en el fútbol de la casa) elaboraron el primer gol del verde paisa y después Candelo nos regaló esa joya a 60 metros del arco rival.
Ambos equipos tienen buenos sistemas defensivos, así Nacional haya dado ventaja en el gol de Ánderson Plata y en el otro lado, culpable del gol resultó Domínguez. Disponen ambos de buenas parejas para generar juego. Ibargüen con Lucumí y Andrade con Barrera. Donde sí tiene ventaja Nacional es en la presencia de Dorlan Pabón, con su potencia en los remates de lejos.
No menos cierto resulta comprobar que la velocidad de Ánderson y la movilidad de Mantilla son factores importantes para los dos. Indudablemente Nacional y Tolima, cada uno con estilo de juego propio, son los mejores del momento y no es sorpresa para nadie que estén a punto de izar la copa. Por ahora, aplausos para quienes hoy pugnan por la estrella. Bien merecidos los US$500.000 de premio.