Nada mejor en este momento de desespero, angustia y esperanza que vivimos todos pensando en ir a Catar 2022, que recordar aquel dicho que reza así: “La esposa del César no solo debe ser honesta sino parecerlo”. Eso lo dijo en su momento Julio César cuando supo de las acciones de Pompeya, casquivana y coqueta.
Por supuesto que aplica en el caso de la Federación de Fútbol, pues si no aclara o precisa el rumor, chisme o bochinche sobre el director técnico de la selección en el futuro, pensaremos que la ética no ha sido una materia de estudio para los mandamases de nuestro balompié. Pero es importante hacer precisiones sobre el asunto. Es claro que si Reinaldo Rueda no logra el objetivo de ir al mundial, su contrato terminará con toda razón. Sin embargo, existen posibilidades matemáticas y algo difíciles, esperando el desenlace en las dos últimas fechas ante Bolivia y Venezuela. Si ello se diera, quizá Rueda podría esperar continuidad en su vínculo laboral; eso me parece claro y lógico.
Lo que está mal visto, y ojalá yo esté equivocado, es que se esté jugando con el nombre de otro profesional, Ricardo Gareca. Primero, porque él tiene opción de cumplir su logro de ir al mundial con Perú, y si no lo consigue, al igual que Rueda, en ese caso quedaría sin argumentos para solicitar continuidad en el cargo.
Pero iniciar acercamientos con él y propuestas por verificar no solamente es de mal recibo y es intentar sonsacar a un técnico en ejercicio. El solo hecho de estar manoseando su nombre está mal hecho o, al menos, no es el momento. Sé, por supuesto, que la angustia y la pérdida de los millonarios ingresos en dólares de la Federación al quedar marginada del mundial los puede llevar a ese ejercicio sin ética ni honestidad. Por eso, al igual que la mujer del César, la Federación debe demostrar decencia, a sabiendas de la libertad que tendrán al cerrarse la eliminatoria para buscar otro técnico. Insisto en que, por lo pronto, ese rumor va creciendo y supongo, desmotivando a Rueda, y quizás a algunos jugadores que solo debieran estar pensando en ganar los seis puntos en juego.
La Federación debe ser honesta en su ejercicio o al menos parecerlo. De paso, ojalá el técnico que llegue, cuando termine el ciclo de Rueda, no vaya a tener apoderado o representante con nexos familiares con integrantes de la misma Federación. Todo en el mundo del fútbol puede ocurrir.
Y qué bueno resultó el debut de Luis Díaz con Liverpool. No extrañó a su equipo ni el campo; la acogida casi paternal de Klopp resultó la mejor muestra de confianza hacia el jugador guajiro. De paso, actuó contra el Leicester en su puesto habitual, de extremo por izquierda, dando ayuda a sus compañeros. Fue, sin duda, el mejor regalo que Díaz pudo darnos por estos días.