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Así quedamos, como decía don Carlos Arturo Rueda, célebre locutor y maestro. Varados y a la vera del camino. Los peruanos jugaron su partido, esperando, aguantando, defendiendo y quizás el empate era su objetivo. Pero en el único contragolpe, bien organizado, se llevaron los tres puntos que los encaraman en la tabla de posiciones de la eliminatoria.
Los partidos se ganan y ese cuento de que “merecíamos la victoria” es un mecanismo de protección ante la tristeza del resultado. Porque Mojica resultó un protagonista, sin que se lo propusiera. Siempre recibió libre en su costado y se dedicó a tirar centros. Cosa bien diferente a servir centros con destino claro. En ese aspecto, ese papel debió corresponder a Cuadrado, quien, al igual que James, no consiguió sino facilitar el trabajo defensivo de los de Gareca.
Una vez más, ese carrusel de cambios en el final es una patética demostración de apostar a la suerte. De pronto quienes ingresaron albergaban la opción de definir con un gol, así fuera de chepa o por colaboración del rival. Muchos de los bien promocionados en otros lares, como Luis Díaz, no mostraron ni sombra de sus ejecutorias en Portugal. El técnico Rueda, afanado por la excesiva repetición de maniobras, decidió apelar a varios suplentes por si acaso.
Mirando la tabla de posiciones, solo restan nueve puntos por jugar, con seis de ellos en plan de visitantes. Ir frente a Argentina y Venezuela y agitar la camándula para conseguir favores de terceros. Que hubo espíritu de lucha, combatividad y empuje conforma el catálogo del consuelo, aunque se ignoró lo esencial: conseguir gol, que hoy en día es el karma de esta selección. La línea titular del primer tiempo se diseñó con jugadores del exterior, de extenso recorrido, así que no eran juveniles ni pipiolos, como para asustarse.
Sin embargo, la pregunta parece cruel: ¿se les olvidó jugar? No creo que eso ocurriera. Simplemente fueron incapaces de entender el juego y fue más la montonera ofensiva, esperando que uno de los muchos centros de Mojica resultara aprovechable.
Por eso anoto que estamos varados a la vera del camino y en la salida próxima del martes, ante Argentina, es probable que se juegue a lo Perú. Es decir, bloques de espera o espolones para intentar organizar alguna acción de contragolpe. Con una sola de Perú, quedamos viendo un chispero.
