La semana corta que comienza trae para el fútbol de la casa dos dilemas. El primero es cómo afrontar el juego en La Paz con la selección de Colombia. Allá se ganó, comenzando por un 1 a 0 con gol de Didí Valderrama, cuando el técnico era el Caimán Sánchez. Eso fue en agosto de 1983. Después, con el tiempo, Falcao, en los tiempos de Leonel Álvarez, selló otra victoria.
Por supuesto que no es fácil sacar puntos, pero se puede. Los equipos bolivianos también despiertan y golean; basta recordar lo ocurrido con el Cali no hace mucho.
Joaquín Botero, un delantero que figura en la lista de los máximos anotadores de las eliminatorias, ya no está. Aunque sin alcanzar su estatura futbolística o la del Diablo Echeverry, hay en la actualidad un jugador de apellido Arce con mucho gol.
Ahora bien, los jugadores nuestros que juegan en México están adaptados al asunto de la altura, que no hace mella, como la sufren los brasileños o los argentinos. El técnico Pékerman, con alta dosis de malicia, debe elegir el grupo para La Paz con la seguridad de pelear un resultado que garantice mejor semblante para enfrentar a Ecuador. Tengo fe en que este grupo sale adelante. Dios me oiga y no Evo...
El segundo dilema es el del jugador argentino Ómar Pérez, quien fue respaldado y seguirá en Independiente Santa Fe. El examen de conciencia lo debe hacer el propio jugador. Él sabe si está físicamente bien, con ganas de jugar o sólo entrenar. Hay cuatro extranjeros en Santa Fe. Seijas es fijo, porque fue quien a la larga asumió el papel de organizador dejado por Pérez. Entre Jonathan Gómez y Guido Di Vanni saldría uno.
Este es el punto crítico. ¿El nuevo técnico, Alexis García, pondrá a Ómar Pérez en la titular?
La semana corta que comienza trae para el fútbol de la casa dos dilemas. El primero es cómo afrontar el juego en La Paz con la selección de Colombia. Allá se ganó, comenzando por un 1 a 0 con gol de Didí Valderrama, cuando el técnico era el Caimán Sánchez. Eso fue en agosto de 1983. Después, con el tiempo, Falcao, en los tiempos de Leonel Álvarez, selló otra victoria.
Por supuesto que no es fácil sacar puntos, pero se puede. Los equipos bolivianos también despiertan y golean; basta recordar lo ocurrido con el Cali no hace mucho.
Joaquín Botero, un delantero que figura en la lista de los máximos anotadores de las eliminatorias, ya no está. Aunque sin alcanzar su estatura futbolística o la del Diablo Echeverry, hay en la actualidad un jugador de apellido Arce con mucho gol.
Ahora bien, los jugadores nuestros que juegan en México están adaptados al asunto de la altura, que no hace mella, como la sufren los brasileños o los argentinos. El técnico Pékerman, con alta dosis de malicia, debe elegir el grupo para La Paz con la seguridad de pelear un resultado que garantice mejor semblante para enfrentar a Ecuador. Tengo fe en que este grupo sale adelante. Dios me oiga y no Evo...
El segundo dilema es el del jugador argentino Ómar Pérez, quien fue respaldado y seguirá en Independiente Santa Fe. El examen de conciencia lo debe hacer el propio jugador. Él sabe si está físicamente bien, con ganas de jugar o sólo entrenar. Hay cuatro extranjeros en Santa Fe. Seijas es fijo, porque fue quien a la larga asumió el papel de organizador dejado por Pérez. Entre Jonathan Gómez y Guido Di Vanni saldría uno.
Este es el punto crítico. ¿El nuevo técnico, Alexis García, pondrá a Ómar Pérez en la titular?